La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, ha subrayado este martes que trabajará “escuchando” a todos para llegar a “grandes pactos urgentes y necesarios” que permitan volver a presumir de sanidad pública “ante el mundo”. “Quiero ser la ministra de todos los españoles”, ha garantizado.
La nueva ministra de Sanidad, Mónica García (c), acompañada de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz (i), recibe la nueva cartera de manos de su antecesor José Manuel Miñones. EFE/ Juan Carlos Hidalgo
Mónica García ha tomado posesión como ministra en un multitudinario acto arropada por sus familiares, entre ellos su padre y su hermano, y compañeros de partido como Íñigo Errejón, Rita Maestre, Javier Padilla o Manuela Berguerot, que han prorrumpido en un enorme aplauso a su llegada, además de la vicepresidentas Yolanda Díaz y Teresa Ribera.
Tras coger la cartera de manos de su antecesor, José Miñones, quien la ha felicitado por ser la vigesimoséptima ministra y la primera “ministra anestesista”, García ha agradecido a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz el poder asumir ahora “una responsabilidad soñada para una defensora a ultranza de los servicios públicos”.
En una abarrotada sala Ernest Lluch, de cuyo asesinato se cumplen hoy 23 años, Mónica García se ha comprometido a proseguir con “el enorme legado” de quien también fuera ministro de Sanidad hace cuarenta años, cuando se sembraron “las primeras semillas” del actual Sistema Nacional de Salud.
Porque la Ley General de Sanidad que impulsó “fue la primera piedra de la senda para concebir nuestra sanidad, no como un servicio público más, sino como el corazón que late debajo de nuestra sociedad y la joya de la corona de nuestro Estado de bienestar”.

García asume el puesto con la doble tarea de “recuperar el orgullo de nuestra sanidad” tras los recortes que “mutilaron” su universalidad en 2012: “Es hora de recuperar la senda de su grandeza y de volver a presumir de ella ante el mundo”, ha enfatizado.
Un empeño que va a perseguir con la misma vocación de servicio público que la ha acompañado “dentro y fuera del quirófano” del Hospital 12 de octubre; a sus compañeros del centro madrileño ha agradecido todo lo que la han enseñado “de la vida, de la profesionalidad, de la vocación y de todo lo que se puede trasladar a la política y que hace que la política sea mejor”.
Y a los trabajadores del Ministerio, a los profesionales, a los sindicatos, a las asociaciones, a las sociedades científicas y al sector en general les ha exhibido su “máxima prioridad”, que es la de “trabajar escuchando”.
Lo hará además de la mano de la ciencia y de la evidencia científica, porque “la política que no va de la mano de la evidencia científica no es política, es charlatanería”, y con un “espíritu de acuerdo social” con todas las comunidades y la sociedad civil.
“Quiero ser la ministra de todos los españoles y las españolas. Si hay algo que nos une y de lo que estamos orgullosos como patria en estos tiempos delicados es nuestra sanidad pública y voy a trabajar con ahínco para llegar a grandes pactos urgentes y necesarios“, empezando por uno de Estado por la salud mental “para conseguir que la vida duela un poquito menos”.
Los retos de la ministra Mónica García
También aspira a saldar la deuda con la Atención Primaria, que “en los últimos años ha recibido demasiados embistes”, y a blindar la universalidad durante esta legislatura, tratando de revertir “todo el daño que se le hizo” en 2012.
Sin olvidar el cuidado de los profesionales del SNS, que van a estar “en el centro del sistema”, y de los pacientes, que va a ser su principal preocupación, además de añadir prestaciones de salud visual y bucodental o la atención temprana.
“Hoy este ministerio nace con una misión: poner nuestro Sistema Nacional de Salud en el centro”, ha subrayado García, que ha concluido su primer discurso como ministra con el “orgullo” de poder decir las palabras que “tantas veces” ha repetido “ahí fuera: ¡Viva la sanidad pública!.