El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Ángel Gil, analiza en este artículo la importancia de la vacunación no solo en la niñez, sino a lo largo de toda la vida.
Ángel Gil, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, es académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina, ha participado en numerosos proyectos de investigación, tanto como investigador principal como colaborador.
Entre otras tareas, dirige varias cátedras de investigación como la de Investigación en Vacunas, la de Innovación y Gestión Sanitaria y la de Medicina Humanitaria. En este artículo examina la importancia de la vacunación, que no afecta únicamente a los niños.
La vacunación no es solo cosa de niños
Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública
España cuenta con elevadas coberturas de vacunación infantil y tiene, en la actualidad, uno de los calendarios vacunales más completos de Europa gracias a la incorporación este año de tres vacunas dirigidas a la población infantil para la prevención de la meningitis B, el virus del papiloma humano (VPH) y la gripe.
El calendario de vacunas de 2023 recoge, así, reivindicaciones que los profesionales veníamos reclamando desde hace tiempo pero, pese a ello, todavía hay margen de mejora.
En el caso de la vacunación infantil, continúa siendo fundamental proteger a los niños más pequeños de la meningitis, una infección grave que puede provocar importantes secuelas e incluso la muerte de la persona afectada.
Resulta fundamental, sobre todo, proteger frente a los serogrupos W e Y, dada la incidencia ascendente de estos serogrupos en España.
Los niños pequeños y adolescentes son los que están más expuestos a la enfermedad meningocócica pero la vacuna que protege frente a estos serogrupos solo está recomendada, según el calendario de vacunación del Consejo Interterritorial, hoy día para niños a los 12 años de edad, por lo que convendría la introducción en el calendario de esta vacuna MenACWY a los 12 meses de edad, como ya lo están haciendo algunas CCAA.
Tampoco podemos olvidar que seguimos teniendo el reto de proteger a los niños pequeños frente al SARS-CoV-2, sobre todo a aquellos que están en situaciones de riesgo o vulnerabilidad.
Y en breve se incorporarán medidas para la prevención de las bronquiolitis producidas por el Virus Respiratorio Sincitial, lo que tendrá un gran impacto en una enfermedad de alta morbi-mortalidad en la población infantil.
Vacunación no solo de niños, un proceso de toda la vida
Por otro lado, es necesario recordar que la vacunación no es solo cosa de niños, sino que es un proceso que debe estar presente a lo largo de toda la vida (en la niñez, adolescencia, la edad adulta, tercera edad o el embarazo) y que debe entenderse como un hábito de vida saludable para los ciudadanos de cualquier edad, especialmente para aquellos de más avanzada edad y/o que padezcan alguna patología crónica.
A medida que vamos cumpliendo años, envejece también nuestro sistema inmunitario, de manera que somos más susceptibles a enfermedades infecciosas.
Por este motivo, y también porque a partir de los 65 años existe más probabilidad de que una persona tenga otras enfermedades crónicas, es importante la inmunización frente a patologías que pueden tener un alto impacto en nuestra salud como es el caso de la enfermedad neumocócica.
La neumonía puede llevar en los casos más graves a que un paciente fallezca y en otros casos genera hospitalizaciones y merma la calidad de vida de quienes padecen un episodio.
En pacientes diabéticos, por ejemplo, el riesgo de ingreso por neumonía se multiplica por 39 respecto a otra persona sin problemas de salud.
Vacunas antineumocócicas
Afortunadamente, desde hace años contamos con vacunas que previenen la infección neumocócica en mayores y personas con comorbilidades.
Asimismo, recientemente se han aprobado vacunas antineumocócicas que protegen frente a un mayor número de serotipos de neumococo, por lo que tenemos que ofrecer a la población la mejor estrategia de vacunación posible que en este caso pasa por el uso de estás vacunas nuevas.
Aparte de la vacunación antineumocócica, adultos y personas con patologías crónicas deben tener también en cuenta las recomendaciones del calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida, que aconseja la vacunación para la prevención de la gripe a partir de los 65 años de edad y del herpes zoster para quienes cumplan los 65.
Vacunación, proteger el embarazo
En último lugar, y si hablamos de vacunación a lo largo de toda la vida, no podemos olvidarnos de la necesidad de proteger mediante vacunación a las mujeres embarazadas.
De este modo, no solo prevenimos la morbimortalidad materna y disminuimos infecciones intra-útero y fetales sino que también conferimos inmunidad pasiva al recién nacido y al lactante.
Las vacunas recomendadas durante la gestación son la de la gripe, tétanos-tosferina (Tdpa) y la del COVID-19.
Pero además, hay vacunas maternas que están por venir como la vacuna frente al virus respiratorio sincitial (VRS) que cuando esté disponible permitirá a los profesionales contar con una nueva estrategia para la protección de los lactantes inmediatamente, desde el nacimiento y hasta los seis meses de edad, que es cuando existe el mayor riesgo de contraer el VRS de forma grave y sufrir complicaciones.
De igual modo, el VRS también tiene un alto impacto en población mayor de 60 años, por lo que la disponibilidad de vacunas que ayuden a combatir este virus en adultos mayores es también una buena noticia.
Cada año las vacunas salvan entre 2 y 3 millones de vidas. La vuelta de las vacaciones y el arranque del curso escolar es un buen momento para revisar que todos los miembros de la familia tengan las vacunas al día. Consulta con tu profesional sanitario y recuerda que la vacunación es una de las mejores formas de prevenir enfermedades.
