La evidencia científica demuestra que las pacientes con cáncer de mama que practican ejercicio físico de forma regular mejoran significativamente su calidad de vida física y psicológica. “Es una parte esencial de mi terapia y un antidepresivo natural”, dice Begoña Revuelta, una paciente con cáncer de mama metastásico.
Carrera de la Mujer en Vitoria 2022 para concienciar sobre el cáncer de mama. EFE/David Aguilar
Es por ello que tres mujeres deportistas y especialistas en salud del Centro de Patología Mamaria-Fundación Tejerina animan a las pacientes con cáncer de mama ya todas las mujeres en general a practicar algún tipo de ejercicio o deporte que reduzca el riesgo de desarrollar un tumor y recaer.
Pero también una vez que la enfermedad y sus tratamientos están presentes en la vida del paciente, el ejercicio se convierte en un gran aliado para mejorar su calidad de vida física y emocional.
“La actividad física regular es un claro factor protector contra el cáncer de mama tanto en mujeres premenopáusicas como posmenopáusicas, con un efecto positivo adicional sobre el control del peso corporal, el estrés y la ansiedad”, explica. Mónica Caba, radióloga especializada en imagen mamaria.
“El sedentarismo -indican- nos debilita y nos hace más vulnerables a las enfermedades, ya que favorece la obesidad y crea un ambiente metabólico propicio para la aparición de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y los tumores malignos”.
Según el médico, “además, la actividad física es capaz de interactuar sobre distintos aspectos biológicos como el sistema inmunitario, los mecanismos de reparación del ADN, los factores de crecimiento y la secreción de insulina, entre otros, y condicionar una disminución del riesgo de carcinogénesis”.

correr como terapia
Begoña Revuelta, paciente del Centro de Patología Mamaria – Fundación Tejerinatiene cáncer de mama metastásico y ser corredora habitual le ayuda mucho: “Hacer ejercicio físico en general siempre me ha dado muchas satisfacciones personales, pero correr es una parte fundamental de mi terapia”.
Cuenta que empezó a correr a los 12 años: “Es un tiempo solo mío, yo conmigo mismo, sin distracciones, un rato sin leer, sin tele, sin compañía y hablando solo, escuchándome. Supongo que es como meditar, porque siempre corro solo, ni siquiera pongo música”.
Antes entrenaba 4 y 5 días a la semana, “ahora cuando los pies me dejan, al menos un par de veces a la semana, pero mucha menos distancia”.
Y por eso anima a todas las pacientes con cáncer de mama “a superar la pereza y practicar cualquier tipo de deporte. Es un antidepresivo natural, duermes, comes y te sientes mejor y más feliz”.
Teresa Escalonilla, psicóloga general sanitariaseñala que hay investigaciones que “demuestran los beneficios del ejercicio físico sobre el bienestar psicológico y la regulación del dolor a través de la creación de endorfinas”, además de afirmar que el ejercicio aeróbico mejora el funcionamiento físico y la fatiga y reduce la ansiedad a través de la contracción y relajación de los músculos durante el ejercicio.
La psicóloga explica que el ejercicio produce un efecto de autoeficacia al percibir una sensación de control sobre la actividad, lo que influye positivamente en la mejora de los estados depresivos leves o moderados; promueve el sueño adecuado y mejora la autoestima.
Asimismo, “el ejercicio físico es una oportunidad para poner en práctica el mindfulness, por ejemplo, centrándose en el ritmo de la respiración, en las posturas adoptadas y en los movimientos dejando ir los pensamientos rumiativos”.
Y también es una buena oportunidad para participar en el Carrera de la Mujer celebrada el 7 de mayo en Madrid al igual que la radióloga Mónica Caba, también deportista: “Practicar ejercicio físico de forma regular me ha ayudado a sentirme más realizada, a generar un compromiso con mi cuidado y mi salud, mejorando la sensación de bienestar físico y mental y ayudándome crear un espacio y un tiempo para mí que sin duda ha mejorado mi calidad de vida a nivel mundial”.
Silvia Balaguer, fisioterapeuta del Centro de Patología Mamaria – Fundación Tejerina, Destaca que las pacientes con cáncer de mama hacen ejercicio pero bajo la supervisión de especialistas.
“Es recomendable que contacten con profesionales del deporte o fisioterapeutas que sepan orientar correctamente el ejercicio que necesitan. En las personas con cáncer el principal objetivo es influir en el metabolismo, y esto se consigue con una adecuada programación de ejercicio cardiovascular de baja y alta intensidad, así como de fuerza”, explica.
Y respecto al ejercicio físico más intenso, como correr, “siempre debe estar supervisado por un profesional y tener una correcta planificación y dosificación”, concluye.