Mantenerse hidratado y aplicar bolsas de hielo en la cabeza (una de las estrategias de Meyer) también puede proporcionar algo de alivio. “La deshidratación puede desencadenar la migraña [attack] o empeorarlo”, dice el Dr. Aymen.
Problemas de visión y vértigo
Durante sus ataques de migraña, Meyer a veces se marea tanto que la habitación “da vueltas” y pierde el equilibrio. Ha descubierto que la única solución es acostarse horizontalmente hasta que su visión se estabilice y pueda volver a moverse erguida cómodamente.
Según el Dr. Watson, el enfoque de Meyer es una de las mejores cosas que puede hacer para los problemas de visión y el vértigo durante un ataque de migraña. A veces, esforzarse y continuar con su vida como lo haría normalmente puede empeorar los síntomas, dice.
Si su horario (y su dolor) se lo permiten, intente acostarse o tomar una siesta durante al menos 30 minutos, si puede, mientras ocurre el ataque. “Dormir puede ser muy reparador para el cerebro y para el dolor de cabeza”, dice el Dr. Aymen.
Dicho esto, las siestas (cuando se toman con demasiada frecuencia o durante demasiado tiempo) a veces pueden interrumpir su ciclo de sueño, lo que puede empeorar los síntomas de la migraña para muchas personas con esta afección, dice el Dr. Watson. Si las siestas parecen interrumpir su sueño, digamos, tiene problemas para despertarse y acostarse a la hora habitual, y un ataque de migraña sigue poco después de la falta de descanso, omita las siestas por completo y simplemente acuéstese horizontalmente.
Nuevamente, los síntomas de la migraña varían en intensidad, y si su visión distorsionada, mareos o aturdimiento no desaparecen con un descanso adicional, es hora de buscar ayuda profesional. Algunos médicos pueden recomendar la rehabilitación vestibular, que es un tipo de fisioterapia que utiliza ejercicios suaves de fortalecimiento, estiramiento y equilibrio, junto con el entrenamiento del movimiento ocular, para combatir los mareos, el vértigo y la inestabilidad asociados con la migraña.2
Problemas gastrointestinales
Durante una migraña, el sistema gastrointestinal puede ralentizarse en algunas personas (lo que se conoce como gastroparesia o estasis gástrica), lo que puede provocar náuseas, vómitos y diarrea.3 Para muchas personas que experimentan migraña, las náuseas son el síntoma más pronunciado, dice el Dr. Watson.
La clave para combatir los problemas gastrointestinales asociados con la migraña, dice el Dr. Watson, es alimentar su cuerpo. Si come una comida abundante antes o durante un ataque, es posible que la comida permanezca en su estómago durante un período prolongado y no se digiera adecuadamente. Por el contrario, si no come nada, no habrá ningún alimento en su estómago para hacer que sus intestinos vuelvan a la acción una vez que pase el ataque. Además, si está tomando algún medicamento para la migraña, tener alguno la comida en el estómago asegurará que se digieran correctamente, dice el Dr. Watson.
El tipo de alimentos y bebidas que consume también influye, agrega el Dr. Watson. Los carbohidratos simples (piense: cereales, galletas saladas o pan) tienden a digerirse más fácilmente que el alcohol, las frutas cítricas, los lácteos y el chocolate.4 El jengibre y las bebidas carbonatadas burbujeantes (como el agua mineral o las gaseosas) también pueden calmar el malestar estomacal, dice el Dr. Aymen.
Cuando Meyer experimenta náuseas relacionadas con la migraña, opta por alimentos simples con carbohidratos (su pedido exacto: un bistec con queso y una Coca-Cola); es lo único que puede manejar. (¡Nuevamente, es importante tener en cuenta que el cuerpo de todos es diferente!)