A veces el amor no dura para siempre. Aunque al principio de una relación todo es felicidad, con el tiempo las cosas pueden ir deteriorándose hasta que la pareja se separa.
“Hay muchas y variadas razones por las que una relación puede terminar, pero después de años de práctica clínica veo que los problemas que subyacen en las parejas son bastante comunes. Me atrevería a decir que uno de los más frecuentes tiene que ver con la comunicación”, dice Lucía Feito Crespo, psicóloga especialista en terapia familiar y de pareja del Instituto Psicológico Cláritas.
La comunicación, la clave para evitar una ruptura
“La comunicación es fundamental para que la pareja resuelva los diferentes conflictos y desencuentros que se dan en todas las relaciones. Si no cuidamos la comunicación y no somos capaces de desarrollar estrategias que nos ayuden a llegar a acuerdos, entraremos en dinámicas como la de imponer nuestro criterio, discusiones intensas que nos causan mucho sufrimiento o indiferencia y nos da igual. . En definitiva, dinámicas que muchas veces conducen a la separación”, subraya.
La psicóloga indica que, además de la comunicación, otros problemas habituales son los sexuales, los celos, la posesividad, la falta de apoyo emocional, los engaños y las infidelidades, y la necesidad de mantener el propio espacio personal al margen de la pareja.
Sin embargo, independientemente del problema que condujo a la ruptura, es importante afrontar esta nueva realidad de forma adecuada.
“Una separación es un proceso muy complicado que, si no lo gestionamos bien, puede llevarnos a años de sufrimiento”, dice.
“Generalmente, este proceso suele implicar estrés, alteraciones del sueño, alteraciones del apetito, sentimientos de soledad, culpa, aislamiento e incluso trastornos de ansiedad o depresión”, añade.
Ruptura de pareja: preparar un duelo
Para superar la situación, Lucía Feito explica que, antes que nada, debemos ser conscientes de que tenemos que hacer el duelo ante la ruptura de una pareja.
“Esto no se hace de un día para otro. Es un proceso que lleva tiempo. Debemos aceptar la decisión, adaptarnos a la nueva situación y, poco a poco, integrarnos a un nuevo escenario de vida”, analiza.
La psicóloga afirma que, aunque suene a tópico, el tiempo lo cura todo y este es un proceso en el que hay que permitirse ir despacio, ser vulnerable y aceptar la ayuda de los demás para sentirse mejor.
El siguiente paso es identificar y gestionar las emociones que puedan surgir.
“Muchas veces nos obligamos a estar bien o no nos permitimos sentir. Huimos de nosotros mismos y esto no nos permite hacer el duelo”, considera.
“Debemos dejar que aparezcan todas las emociones, algunas agradables y otras desagradables, pero todas son parte de nosotros y de lo que nos está pasando. Negarlas solo hará que aparezcan con más intensidad y permaneceremos más tiempo enganchados a este proceso, lo que nos impedirá avanzar”, detalla.
También insiste en la necesidad de despedirse de la otra parte.
“Hemos decidido ir por caminos separados, por lo que es importante dejar ir a la otra persona. Muchas veces veo a mis pacientes engancharse unos a otros a través de la ira y el conflicto y esto no es saludable. Tampoco es sentir que necesitamos al otro y que somos incapaces de hacer nuestras vidas separadas”, dice.

Ni ira ni idealización
“A los únicos que nos necesitamos somos a nosotros mismos, así que ni por idealización ni por enfado, debemos seguir atados a la otra persona”, defiende.
“Igual que no debemos engancharnos al otro a través de emociones de enfado o admiración, tampoco tenemos que hacerlo desde un nivel cognitivo: entrar en bucles de pensamientos obsesivos, buscar por qué, soluciones o analizar escenarios”. él dice.
“Esto ha terminado y ahora debemos invertir nuestro tiempo y energía en adaptarnos al nuevo reto que tenemos por delante, activarnos, hacer ejercicio, ponernos nuevas metas, compartir tiempo con amigos, familiares y personas que nos hagan sentir bien”, aconseja.
“De nada nos sirve quedarnos en nuestro sofá pensando en un escenario pasado o lamentando lo que pudo haber sido y no fue”, propone la psicóloga.
“Es importante que nos cuidemos e invirtamos energías en planificar actividades o conocer gente que nos haga sentir bien o nos extrañe. Nos ha quedado un vacío y debemos activarnos para llenarlo de manera sana y no dejarnos vencer por la apatía y la tristeza”, enfatiza.
El especialista insiste en no idealizar al otro y pensar que, sin esa persona, ya nada tiene sentido y solos nunca seremos felices.
“No necesitamos a los demás para ser válidos o felices”, dice.
Otra mala idea es seguir compartiendo espacios y vida con la expareja. “La distancia física es importante”, dice ella.
Asimismo, Feito indica que hay que saber mostrarse vulnerable ante la pérdida del amor.
“Esta situación es algo común que le pasa a mucha gente y no hay que avergonzarse ni aislarse, sino hablar y compartir experiencias con amigos o familiares. Así, poco a poco, podremos aceptar lo que pasó y los demás nos ayudarán a superarlo”, expresa.
Sin embargo, “si pasa el tiempo y no somos capaces de sentirnos mejor, estamos desbordados, no sabemos cómo gestionarlo ni por dónde empezar con este nuevo escenario, es conveniente pedir ayuda a un profesional”, recomienda.
El tiempo que cada persona necesita para volver a la normalidad después de una ruptura varía, ya que cada historia es diferente.

Señales que nos dicen que hemos superado la separación
Lucía Feito explica cuáles son las señales que indican que la separación se está superando.
En primer lugar, “cuando empezamos a sentirnos bien con nosotros mismos, dejamos atrás la inseguridad y los reproches y nos encontramos en condiciones de afrontar nuevas situaciones o incluso nuevos problemas”, comenta.
Del mismo modo, podemos saber que lo estamos superando “cuando los recuerdos ya no nos invaden, dejamos de pensar en nuestra relación y nos ilusionamos con el futuro y lo nuevo que está por venir. Al mismo tiempo, dejamos de estar pendientes de la otra persona, de buscarla en las redes sociales y de preocuparnos por cómo lleva esta nueva etapa. Es decir, cuando empiezan a desaparecer las conexiones que teníamos”, apunta.
Otra señal de que estamos en el camino de la recuperación de una ruptura es “volver a disfrutar de los planes, conocer gente nueva, etc. Sentimos que hemos agarrado una nueva vida y estamos construyendo de nuevo nuestro futuro”, apunta.
Por último, la psicóloga del Instituto Cláritas destaca que lo estamos superando “cuando estamos receptivos a tener nuevas relaciones y ya no somos prisioneros del dolor sino que nos sentimos bien solos, estamos cómodos y nos visualizamos compartiendo nuestra vida”. con alguien otra vez”.