Interacciones entre medicamentos y alimentos, lo que debes saber

Las interacciones entre alimentos y medicamentos -y viceversa- (IAM) son más importantes de lo que pensamos. De hecho, pueden poner en riesgo nuestra salud ya sea perdiendo la eficacia del fármaco en cuestión o potenciando su toxicidad. Los farmacéuticos han lanzado una guía para resolver todas las dudas.


FOTO EFE/Kai Försterling

Con el nombre “Interacciones entre alimentos y medicamentos” (Editorial Médica Panamericana), la guía es promovida por la Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y pretende ser un texto de referencia para los profesionales de la salud en su práctica diaria.

Y es que las interacciones entre alimentos y fármacos no se detectan con tanta facilidad como las que se dan con unos fármacos y otros, a pesar de que su frecuencia es mayor.

Para empezar, las formas de medicamentos en tabletas o cápsulas presentan más interacciones potenciales que las formulaciones líquidas orales. Y dentro de los primeros, los de liberación prolongada -aquellos que se liberan lentamente en el organismo- pueden ser más susceptibles a la interacción.

¿Cuáles son los medicamentos que tienen más interacciones?

Según la guía, elaborada por 37 profesionales, los fármacos que pueden presentar más interacciones son aquellos que tienen un “margen terapéutico estrecho”, es decir, la dosis terapéutica se acerca a la dosis tóxica; también aquellos que necesitan mantener una determinada concentración plasmática; y aquellos que requieren ajustar la dosis a las necesidades del paciente.

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FOTO EFE/André Coelho

En general, según la guía, la mayoría de las interacciones entre alimentos y medicamentos “son leves y no suelen ser muy notorias ni tomadas en consideración”. Sin embargo, “en ocasiones, los efectos farmacológicos son apreciables e incluso es necesario reajustar la dosis del fármaco para lograr el efecto deseado”.

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Entre las interacciones que podemos encontrar están las de los alimentos que pueden cambiar el comportamiento de los fármacos. Son casos en los que la actividad terapéutica aumenta, disminuye o puede retrasarla.

¿Y comida?

Así, las dietas ricas en verduras de la familia de las crucíferas -como las coles de Bruselas, la coliflor, el brócoli o la remolacha, entre otras- contienen indoles, compuestos orgánicos que tienen “una importante capacidad para inducir el metabolismo oxidativo”. Por lo tanto, debe evitarse la ingesta en grandes cantidades si se está tomando simultáneamente con anticoagulantes orales antivitamina K.

En la guía -estructurada en cuatro apartados en los que se analizan desde aspectos generales, hasta las interacciones en situaciones especiales o las de los alimentos con medicamentos de uso frecuente como los anticoagulantes, entre otros- los expertos explican, por ejemplo, que el zumo de pomelo puede alterar el efecto de varios medicamentos.

Los productos lácteos y los alimentos ricos en calcio pueden disminuir el efecto de algunos antibióticos porque se absorben menos. Los que tienen un alto contenido en sal o potasio, como el plátano, el kiwi o las espinacas, los pepinillos o el regaliz, también pueden provocarla con la ingesta de algunos hipertensivos diuréticos o aumentar el riesgo de arritmia si se toman antihipertensivos.

El efecto de algunos antidepresivos puede verse afectado por alimentos ricos en tiramina como quesos añejos, vino tinto, ahumados o embutidos.

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Productos lácteos. EFE/Toni Albir

¿En ayunas o con comida?

Estas y otras interacciones se incluyen en la guía, junto con otras secciones sobre las interacciones del tabaco y el alcohol con las drogas. En este sentido, destaca que en el caso del alcohol puede alterar los efectos de algunos medicamentos como el acenocumarol (anticoagulante), la insulina o la mayoría de los analgésicos.

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También debe evitarse en general -salvo indicación contraria- el consumo de medicamentos con leche o derivados, así como con té, café, suplementos de fibra o zumo de pomelo.

De esta forma, la publicación del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos recoge aquellos medicamentos cuya ingesta es mejor realizarla con alimentos o en ayunas.

Para el miembro nacional de Alimentos para farmacéuticos, Aquilino Garcíala guía es un “manual necesario para usar en el mostrador de la farmacia, en el laboratorio, en la consulta del médico o nutricionista, o en el hospital”.

La publicación cuenta con tablas y ejemplos para agilizar la consulta a los profesionales, pero también contiene un glosario de conceptos, enlaces y resúmenes de interacciones por principio activo, entre otros.

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