Donde la salud no es un derecho sino un privilegio

Para él Día mundial de la salud, que se conmemora el 7 de abril, EFEsalud muestra la realidad de tres países donde la situación sanitaria es crítica. Lesoto, República Centroafricana y Sudán del Sur, regiones donde la salud es un privilegio y no un derecho.

Precisamente, para este día, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido como lema “Salud para todos” con el objetivo de que todas las personas gocen de buena salud “para llevar una vida plena en un mundo pacífico, próspero y sostenible”. Un objetivo que todavía está lejos.

Lesotho: una esperanza de vida de 50 años

Lesotho es un pequeño país del sur de África, con una población de no más de dos millones de habitantes, la mitad de los cuales vive en la pobreza. El país sufre una de las pandemias de VIH/SIDA más graves del mundo, de hecho se estima que la prevalencia de la infección afecta al 23% de los ciudadanos entre 15 y 49 años.

La esperanza de vida al nacer en ese país, ubicado en la República de Sudáfrica, es de 50,7 años (47,9 en hombres y 54,2 en mujeres), mientras que en países como España supera los 80. Las razones de que la vida de sus ciudadanos sea extremadamente corto en comparación con el de los que viven en los países ricos se debe a varios factores, según dijo a EFEsalud Ithabeleng Motleleng, partera en el Centro de Salud Mositi en Lesotho.

El Centro de Salud Mositi, en Lesotho. foto de cortesía

La razón de la alta tasa de VIH se debe, según la matrona, a la violencia de género, al escaso acceso a preservativos, así como a servicios de salud sexual de calidad, a prácticas culturales y “por supuesto”, a la pobreza.

Escasez de medicamentos, de profesionales…

Además de la pobreza, la situación del país se caracteriza por malas condiciones de vida, falta de saneamiento, desnutrición, desigualdad económica y acceso limitado a la atención médica.

Los servicios de atención primaria son gratuitos pero no son de calidad y la atención hospitalaria debe pagarse, dice Motleleng. No hay médicos, farmacéuticos u otros profesionales en los centros de salud, donde solo hay enfermeras. Además, hay escasez de medicamentos -los niños sí tienen acceso a las vacunas- y conseguir antibióticos es muy difícil. Tampoco hay equipo esencial.

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Fue la ONG Manos Unidas la que ayudó a construir un departamento de atención maternoinfantil en ese país.

Además del VIH, la tuberculosis es la enfermedad que más amenaza a la vida en Lesotho, así como la hipertensión, la diabetes, el cáncer de cuello uterino, así como la desnutrición y otras patologías, dice la enfermera.

La dura realidad de Sudán del Sur

Como Lesotho, hay muchos países en los que el acceso a la salud es prácticamente una utopía.

Sudán del Sur es otro ejemplo donde el derecho a la salud no es una realidad. La esperanza de vida al nacer supera a la de Lesotho (62,7 años, según datos de la OMS) pero es un país donde se estima que en el 1% de los embarazos muere la madre, la tasa más alta del mundo.

Y es que en esta región, con una situación política que sigue sin resolver y un altísimo nivel de violencia comunitaria, dos tercios de las estructuras sanitarias no funcionan. No hay sistema de salud. Los ciudadanos del país desconocen que la salud es un derecho humano y se han acostumbrado al día a día sin él.

Salud materna y neonatal, una emergencia

La salud materna y neonatal es una de sus principales emergencias, según dijo a EFEsalud la enfermera y coordinadora general de Médicos Sin Fronteras España (MSF) en Sudán del Sur, Esperanza Santosque ha regresado a España hace apenas un mes tras un año en ese país.

Muy pocas mujeres dan a luz en un establecimiento de salud y más del 60% no tienen ningún seguimiento médico durante el embarazo, circunstancias que explican su alta mortalidad materna.

salud de la maternidad
Una joven madre espera tratamiento en el hospital militar de Juba. EFE/Marvis Birungi

“En uno de los proyectos que tuvimos que ir a hacer una cesárea tuvimos que ir entre seis y siete horas en un bote. Imagine una mujer con un trabajo de parto prolongado o una obstrucción en el canal de parto que tiene que pasar siete horas en un bote dando tumbos. Y es que te puedes tirar dos días para llegar a un hospital”, dice Santos.

Más del 50% de los niños no están vacunados. Las causas de la mortalidad infantil son principalmente la diarrea, las infecciones respiratorias y la malaria. Muy similar al resto de la población, que sufre epidemias recurrentes como el sarampión, la hepatitis E y el cólera, entre otras.

“Viven sin atención médica. La gente se acostumbra a eso y en algunas comunidades donde el hospital está un poco más cerca, no se acostumbran a ir”, añade la enfermera, que lamenta que se haya reducido la ayuda a este país, en el que MSF ha tenido que aumentarla precisamente por a la pérdida de donantes.

República Centroafricana, “el desierto médico”

La República Centroafricana es también uno de los países del mundo con mayor tasa de mortalidad infantil. El acceso a la salud es un derecho inalcanzable para la mayoría de la población. La esperanza de vida al nacer es de poco más de 50 años.

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Un país que MSF considera un “desierto médico” por la falta de estructuras sanitarias y personal cualificado.

salud áfrica
Una matrona en el centro de salud de Nzacko le da glucosa a una mujer que no ha comido en más de un día y ya no tiene fuerzas para empujar el parto. Foto cortesía de MSF

“Es extremadamente difícil para la mayoría de los pacientes que están fuera de la capital tener acceso a la atención médica; De igual forma es para que los equipos de asistencia médica puedan acceder a muchas zonas del país, y sin contar la escasez de médicos especialistas que aún en la capital no hay suficientes y solo hay especialidades básicas”, señaló. dijo a EFEsalud. Aldo Rodríguez, cirujano general de MSF con base en la región de Bangassou en la República Centroafricana.

La situación sanitaria es “muy delicada”, especialmente para los grupos más vulnerables, como los niños menores de cinco años, las embarazadas de alto riesgo, los pacientes crónicos o inmunocomprometidos, así como los adultos mayores.

Estos requieren de una asistencia médica rápida y de calidad, para lo cual se deben superar barreras como el difícil acceso al interior del país, la falta de recursos para viajar o el desconocimiento por parte de pacientes y familiares.

“Creo que el acceso a la salud es el mayor desafío y la prioridad que tenemos, ya que las rutas para moverse por el país son demasiado complicadas, incluso los viajes de 100 y 200 kilómetros implican muchas horas de un camino desafiante que se vuelve aún más complicado y arriesgado. en época de lluvias”, explica el cirujano.

Traslados de pacientes, una odisea

También hay comunidades donde es imposible acceder en coche, el paciente tiene que ser transportado en moto.

“Imagínese, por ejemplo, el trayecto que tiene que realizar una paciente embarazada con sangrado activo o las molestias de una paciente con una pierna rota, andar en moto durante varias horas por un camino largo y austero”, relata Rodríguez.

Salud República Centroafricana
Un vehículo de MSF se dirige al ferry para cruzar el río hasta la ciudad de Nzacko en la República Centroafricana. foto de MSF.

Entre las emergencias de salud más preocupantes se encuentra la atención obstétrica: desde la atención básica y de seguimiento hasta la atención de emergencia en el hospital, donde atiende actualmente el cirujano.

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A esto se suma la desnutrición y la malaria, ya que todos los días se ven enfermos de malaria.

Estos tres países son solo una pequeña muestra de que la salud no llega a todos, que hay niños que mueren al poco tiempo de nacer por enfermedades que en el primer mundo se superan en pocos días.

Los conflictos y las guerras agravan la situación

Para el Día Mundial de la Salud, el director del departamento médico de MSF España, Cristian Casademont, reivindica el derecho a la salud en todo el mundo, en un momento en que las guerras y los conflictos se han extendido “mucho” en los países más vulnerables.

“La guerra y los conflictos que se han prolongado en el tiempo acaban por destruir los sistemas de salud y aumentar su fragilidad, lo que obliga a pensar en otras formas de garantizar el acceso a la salud”, afirma Casademont.

Un acceso de calidad basado en los principios de la ética médica y humanitaria, equitativo y que no conlleve ningún riesgo para la población, añade.

Así, existen muchas organizaciones humanitarias que intentan reinventar los sistemas de salud adaptándose a la realidad del contexto, donde el sistema primario de salud no funciona, no hay profesionales de enfermería y menos médicos.

Por eso, trabajan con agentes comunitarios de salud, que son “bien aceptados” por estas poblaciones ya que les pertenecen. Son modelos de atención que han demostrado ser “potencialmente muy efectivos si se diseñan y supervisan adecuadamente”.

“Esto nos permite construir modelos de relación mucho más maduros con las comunidades que atendemos, en los que tratamos de construir juntos el sistema de provisión de salud y estos agentes, además, nos comunican las necesidades más grandes de la población y podemos ver cómo complete de MSF satisface estas necesidades trabajando juntos”, dice Casademont.

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