Que la actividad física tiene múltiples beneficios no es ningún secreto, pero aún no la practicamos con asiduidad. La médica de Atención Primaria y también deportista, Montserrat Romaguera, nos da la clave para disfrutar de una vida sana y duradera: el ejercicio, una herramienta más de salud que hay que normalizar y prescribir.
Montserrat Romaguera, coordinadora de los grupos de trabajo de ejercicio físico de la Sociedad Catalana y el Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)acaba de publicar “Mi médico me manda a pasear” (Ediciones Experiencia), un manual que pretende motivar a las personas a incorporar una actividad física saludable en su día a día para mantener o mejorar su salud y calidad de vida, explica en una entrevista con EFEsalud .
Deportista desde pequeño, Romaguera también está especializado en educación física y medicina deportiva, y advierte que desde la consulta hay que intentar sensibilizar y alentar a los pacientes para que “se enganchen al ejercicio y haya adherencia”.
No importa la edad que tengas, ¡la actividad física es beneficiosa para todos!
La falta de actividad física es la cuarta causa principal de muerteal que ya se le atribuyen un millón de muertes al año, entonces…. ¿A qué esperamos para practicarlo?.
El médico destaca algunos de los beneficios de estar activo en cada etapa de la vida:
- En ninos: favorece su socialización, mejora la coordinación de movimientos, la concentración, el rendimiento académico, el desarrollo osteomuscular y cardíaco, y la autoestima.
- en adultos: reduce parte del riesgo de desarrollar diabetes mellitus, enfermedad cardiovascular, lumbalgia, cáncer de colon o de mama (en un 20%), depresión y es un inductor del sueño.
- en ancianos: reduce el riesgo de caídas, demencia, la pérdida fisiológica de masa muscular y ósea, favorece su autonomía y aumenta la esperanza de vida.
La actividad física en nuestro día a día
No sólo hacer ejercicio físico implica que estemos activos, también podemos estar activos en nuestro día a día, incorporando pequeños gestos que implican movimiento y derroche de energía.
Por ejemplo, movernos por los lugares por nuestra cuenta y usar las escaleras en lugar del ascensor siempre que podamos.
Si no podemos acceder a pie, podemos utilizar una bicicleta que, además de mejorar nuestra resistencia, contribuye a cuidar el medio ambiente, por lo que todo son ventajas.
“Muchos de nosotros pasamos horas y horas sentados para trabajar y tenemos que romper con este sedentarismo y levantarnos al menos cinco minutos cada hora”, dice la experta.
¿Qué les pasa a las personas que tienen alguna patología?
“La actividad física previene pérdida fisiológica masa ósea normal, la frena y la hace menos intensa”, dice Romaguera.
Y es muy importante tener un buen nivel de masa muscular, ya que con la edad y el sedentarismo se va perdiendo favoreciendo las caídas.
Por ello, también se recomienda la práctica de actividad física en personas con alguna patología, aunque el especialista nos recuerda que ante todo hay que ser prudentes y seguir la supervisión de los profesionales de la actividad física.
Si la actividad física tiene tantos beneficios, ¿por qué hacemos tan poco?
Para el autor, el principal problema es que no nos organizamos bien, “el día tiene veinticuatro horas para todos y la gente mira entre cuatro y cinco horas al día en la pantalla”.
En esta misma línea, explica que el tiempo es oro y que nadie puede hacer el ejercicio por nosotros, “puedes delegar a alguien para que te haga los mandados, pero el ejercicio lo tienes que hacer tú”.
Como resultado, “tenemos más obesidad que nunca, y la obesidad implica enfermedades muy graves como la diabetes con calidad de vida muy deteriorada de estas personas, ya que vivirán menos y peor”, subraya.
Por ello, la clave está en intentar hacer un pequeño esfuerzo para ser más activos incorporando el ejercicio a nuestra vida, lo que nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos y convertirlo en una rutina.
¿Cómo podemos empezar a hacer ejercicio físico?

El ejercicio físico a diferencia de la actividad física es más estructurado, repetitivo y planificadodonde generalmente el propósito es mejorar o mantener nuestro nivel de condición física.
En este sentido, el experto recomienda, sobre todo, mucha prudencia.
“Estamos en un momento en el que todo tiene que ser inmediato y, obviamente, el ejercicio tiene muchos beneficios pero también conlleva algunos riesgos”, dice.
Y aunque el beneficios del ejercicio tardan en llegar al principio, si los abandonamos los perderemos muy rápido, así que “la estrategia es la perseverancia”.
De esta forma, el médico aconseja:
- empieza por caminarla actividad más básica, además de gratuita y accesible desde la puerta principal.
- dulces actividades, para personas sedentarias, con patologías cardiovasculares o del aparato locomotor. Él gimnasia acuáticaPilates o yoga son algunas de ellas.
- actividades dirigidasaccesible en la mayoría de los centros deportivos.
- actividades cardiovascularesdirigido a adultos sanos y en buena forma, como aerobic, bicicleta estática o zumba.
- actividades muscularesenfocado principalmente a jóvenes y adultos que se encuentran en muy buena forma, ya que el nivel de exigencia es alto, como GAP, parkour o tonificante.
¿Cuáles son las recomendaciones para cada persona?
En cuanto a las recomendaciones generales para cada persona, Romaguera utiliza la guía del Organización Mundial de la Salud (OMS)que sólo obedece a la 30% de la población en los países industrializados:
- En ninossana o con discapacidad física o psíquica, promedio de sesenta minutos actividad moderada a vigorosa por día cada día de la semana.
- En adultos y ancianos sana o discapacitada, una treinta minutos mínimo A hoy cinco días una semana de actividad moderada, o tres sesiones semanales de actividad intensa de veinte a veinticinco minutos.
Aun así, se debe individualizar cada caso en función del estado de salud de cada paciente.
prescripción de chándal
“Debemos concienciarnos de que el ejercicio es bueno para nuestra salud presente y futura, una inversión que tiene que empezar desde la infancia y en la que los profesionales sanitarios tenemos mucha responsabilidad”, subraya la médica de la semFYC.
Y para ello insiste en que debemos formar profesionales de la salud los beneficios y riesgos de la actividad física.
De esta forma, “prescribiremos el tipo de ejercicio, su duración, frecuencia e intensidad en función de la forma física de la persona, que controlaremos periódicamente, y de su grado de motivación”, especifica.
Según la especialista, lo ideal es que haya una comunicación con los profesionales de la actividad física y programar según la evolución de cada persona para realizar un tipo de actividad u otra y, sobre todo, que no sea demasiado monótono para que no se desmotiven y acaben desistiendo.
En esta misma línea, el autor afirma que tienen que ser muy sensibles desde las consultas y comprometerse a promover la actividad física a todos los niveles.
“Estamos en una de las sociedades más longevas del mundo, viviremos muchos años y lo que tenemos que intentar es hacerlo con muy buena calidad de vida”, concluye el Dr. Romaguera.