Los tratamientos contra el cáncer de mama salvan vidas pero dejan algunos efectos secundarios que provocan dolor, neuropatía, fatiga o ansiedad en las mujeres. Terapias cada vez más individualizadas y equipos multidisciplinarios que brinden una atención integral, además de un estilo de vida saludable, contribuyen al bienestar de los pacientes.
De izquierda a derecha: Emilia Jiménez, paciente; las oncólogas Elena García, del Hospital Morales Messeguer; y Manuel Ruíz-Borrego, y Fernando Henao, co-coordinadores del XV Simposio GEICAM en Sevilla. foto de cortesía
La calidad de vida en el cáncer de mama es una de las principales preocupaciones de las mujeres para afrontar su día a día y así se constató en el Jornada para Pacientes con Cáncer de Mama organizada por el Grupo de Investigación en Cáncer de Mama GEICAM en el marco de su XV Simposio Internacional, que se celebra del 22 al 24 de marzo en Sevilla.
Pacientes, oncólogos y otros expertos compartieron una sesión de más de dos horas en la que también se habló del beneficio del ejercicio para el cáncer de mama, un tumor con una tasa de curación del 80%, aunque 1 de cada 8 mujeres lo padecerá en algún momento. su vida.
Cada año en España hay unos 35.000 diagnósticos de cáncer de mama y 1 de cada 100 son hombres.
El conocimiento de la biología del tumor ha permitido distinguir diferentes subtipos y avanzar en estrategias terapéuticas innovadoras, cada vez más personalizadas, que descartan en todos los casos la quimioterapia, o terapias hormonales que frenan posibles recaídas.
Pero los efectos secundarios siguen ahí: fatiga crónica, dolor articular, la llamada niebla química que afecta a la memoria, neuropatía o sensibilidad, y hormigueo acentuado en manos y pies o ansiedad.
“La calidad de vida es el conjunto de cosas que nos da bienestar en todos los niveles”, dice el Oncóloga Elena García, del Hospital Morales Meseguer de Murcia y miembro de GEICAMquien reconoce que habría que atender mejor estos obstáculos del día a día que sufren las mujeres.
Aunque el beneficio de supervivencia de los tratamientos “supera con creces a la toxicidad”, dice la doctora Elena García, “tenemos que pensar más en preservar esa calidad de vida, que es un factor pronóstico importante”.
Él Dr. Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del simposio celebrado en Sevilla, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del Hospital Virgen del Rocío de Sevillaconsidera necesario hacer autocrítica y reconoce que el tiempo que dedican a las consultas en salud pública es “limitado” para atender una enfermedad compleja.
“Pasamos menopausia, linfedema, cansancio crónico, dolores articulares y óseos… ¿Volveré a ser la misma? Yo creo que no”, pregunta Ángela, una de las pacientes que participa en este evento.
Ella y otras personas afectadas estaban especialmente interesadas en cuestionar por qué no hay más investigación sobre estos efectos secundarios que afectan la calidad de vida de las afectadas por el cáncer de mama.
El oncólogo destaca que los avances en la investigación también han suavizado las toxicidades de las terapias. “Aplicando los tratamientos correctos en cada caso, evitamos más toxicidad”, apunta.
“Se ha desescalado la intensidad de los tratamientos”, corrobora la doctora Elena García, quien insiste en que los hábitos saludables, especialmente el ejercicio, pueden ayudar a revertir estas secuelas.

Atención integral para mejorar la calidad de vida en el cáncer de mama
María Luis Villafranca, paciente y presidenta de Rosae, asociación de cáncer de mama de Valdepeñas (Ciudad Real)considera que para atender la calidad de vida de los afectados se necesitan más recursos y diferentes especialistas en salud pública para brindar una atención integral.
La doctora Elena García responde que es necesario impulsar comités multidisciplinares, crear unidades de menopausia, “triplicar el número de oncólogos” y contar con ginecólogos, nutricionistas y psicólogos.
Para el doctor Ruíz Borrego, es necesario ejercer “más como médico” y no tanto como administrador y enfermero, para lo que considera necesaria la figura de enfermería y psicooncólogo.
Ejercicio físico, sí o sí
La dieta mediterránea y el ejercicio físico regular durante y después de los tratamientos de cáncer de mama son los pilares de una buena calidad de vida.
“Se recomienda el ejercicio de fuerza y aeróbico. Es beneficioso para la calidad de vida, para tolerar los tratamientos, para la ansiedad y la depresión…”, apunta. María Alonso, coordinadora de programas de ejercicio físico oncológico de GEICAM.
Y algunos de los participantes lo corroboraron comentando que caminan a diario, que practican marcha nórdica e incluso remo en el río Guadalquivir a su paso por Sevilla.
Quienes practican remo forman parte del proyecto de investigación “Leonas del Guadalquivir”como se explica Juan Gavala, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla al considerarlo no sólo un deporte, sino una filosofía de vida.
Esta iniciativa corroboró que el ejercicio en canoa mejora la condición física de las mujeres tanto en flexibilidad y fuerza, pero también en resistencia y mejora el ritmo cardíaco y baja la presión arterial, además de brindar beneficios psicológicos al compartir experiencias y disfrutar del aire libre.
“Desde la Medicina se suman años a la vida y desde la vida deportiva a los años”, concluye el investigador universitario.