Tenemos que tener claro que sudar no es malo. Es un mecanismo regulador del organismo, que utiliza para controlar nuestra temperatura, además de que representa una primera barrera de defensa de la piel frente a patógenos externos.
Ahora bien, hay personas que por su genética, o como consecuencia de tomar ciertos medicamentos, o por diversos tratamientos, sudan en exceso; viendo afectada su calidad de vida y día a día. Es hiperhidrosis y hay soluciones.
Sin embargo, cada caso es individual y siempre debe ser analizado. Hiperhidrosis, como se denomina a esta sudoración excesiva, según la Dr. Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, puede generalizarse y afectar a todo el organismo; o focal, siendo más pronunciado en áreas específicas.
“Se define como el aumento de la sudoración en determinadas zonas del cuerpo, generalmente provocado por el aumento de la secreción de sudor por parte de las glándulas sudoríparas. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más frecuente en determinadas zonas, como las axilas, las palmas de las manos o las plantas de los pies. La región craneofacial también puede verse afectada habitualmente”, explica la especialista.
hiperhidrosis primaria
El doctor Javier Pedraz destaca que los pacientes con hiperhidrosis primaria (no asociada a ninguna enfermedad) no tienen por qué presentar ningún perfil específico, pero sí es cierto que suelen ser pacientes cuyas circunstancias que les aumentan los nervios empeoran su estado.
Por su parte, el doctor Javier Moradiellos, jefe de servicio de Cirugía Torácica del citado hospital, destaca que el aumento de la sudoración en determinadas zonas del cuerpo, como las palmas de las manos, las axilas, las plantas de los pies o la cara, y ante estímulos o situaciones estresantes, es un mecanismo normal o fisiológico en todos los seres humanos.
“Este tipo de sudor no responde a la necesidad de controlar la temperatura corporal y se desencadena por transmisión nerviosa a través de la cadena simpática”, dice.
Eso sí, en algunos pacientes este mecanismo normal se altera y la sudoración se vuelve excesiva, recibiendo el nombre de ‘hiperhidrosis primaria’, según el especialista en cirugía torácica.
Con ello, el Dr. Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, recuerda que existen múltiples opciones contra la sudoración excesiva, y los tratamientos que se suelen utilizar inicialmente son tópicos, principalmente astringentes, como el cloruro de aluminio, el glutaraldehído, el ácido salicílico, o bromuro de glicopirronio (tratamiento anticolinérgico), entre otras posibilidades.
Toxina botulínica
“El tratamiento más común utilizado principalmente en las axilas y en las palmas de las manos es Toxina botulínica”, señala el médico.
En su opinión, estas inyecciones representan el “tratamiento de elección” para los casos de hiperhidrosis de axilas y palmas de las manos, “resultando su aplicación de gran beneficio”.
Especifica, no obstante, que estas infiltraciones no tienen un efecto permanente y su duración se estima en función del paciente entre 4 y 6 meses, debiendo repetirse la infiltración de toxina para mantener sus efectos pasado ese periodo.
“En ocasiones, hay pacientes que se someten a una infiltración de toxina botulínica antes del verano para evitar los efectos de la sudoración en los meses más calurosos y no vuelven a infiltrarse hasta el año siguiente”, señala el Dr. Pedraz.
Otras soluciones a la hiperhidrosis
El ‘iontoforesis’ es otra opción terapéutica que consiste en inyectar determinadas sustancias en la piel mediante una corriente eléctrica, según recuerda, aunque también se pueden utilizar tratamientos farmacológicos, como el bromuro de propantelina, clonazepam, diazepam o diltiazem, entre otros.
Para casos seleccionados, el especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología sostiene que la tratamiento quirúrgico o simpatectomía transtorácicaque consiste en eliminar los ganglios encargados de estimular la sudoración en axilas y manos, y en el que el Dr. Moradiellos es experto.
“Otras opciones menos utilizadas serían la cirugía localque consiste en la eliminación de las glándulas sudoríparas mediante legrado subcutáneo, o la mencionada terapia con láser”, enfatiza Pedraz.
En concreto, Javier Moradiellos señala que una de las posibles soluciones para la hiperhidrosis en las palmas de las manos Se trataría de la simpatectomía transorácica, o extirpación de parte de la cadena simpática, un cordón nervioso que discurre a ambos lados de la columna torácica y que, entre otras funciones, regula algunos tipos de sudoración.
“Otros equipos colocan grapas de metal a ese nivel para destruir el nervio. En mi equipo realizamos una cirugía mínimamente invasiva en la que vaporizamos la porción del nervio simpático a interrumpir con un láser, en lugar de quemarlo con energía eléctrica o aplastarlo. La aplicación de la energía es más precisa y podemos realizar la intervención con una única incisión de 5 milímetros por cada lado y una recuperación acelerada”, destaca.
Además, este cirujano destaca que la ‘simpatolisis láser’como se denomina esta técnica, al interrumpir específicamente esta transmisión nerviosa, es el tratamiento definitivo y permanente de la hiperhidrosis primaria.
“La vaporización con láser de la cadena simpática es eficaz para eliminar la sudoración palmar excesiva en el 96% de los casos. Los pacientes perciben manos secas, y que se mantienen secas, inmediatamente después de la intervención”, apunta.
A su vez, asegura que la recuperación de la simpatolisis láser es “muy rápida”, y de hecho, muchos pacientes no requieren ingreso hospitalario y pronto vuelven a su vida normal.
“No es exagerado decir que la simpatolisis láser es el tratamiento con el mayor beneficio inmediatamente percibido en la calidad de vida de los pacientes de cirugía torácica”, añade.