sanitarias referentes en el terreno de juego

El fútbol siempre ha sido un monopolio masculino, en el que las mujeres apenas tenían presencia. En los últimos años, la situación ha evolucionado y el fútbol femenino se ha hecho un hueco en el panorama deportivo. Meseguer y Fernández cuentan a EFESalud cómo ha cambiado el panorama y cómo compatibilizan el terreno de juego con Medicina y Enfermería.

Jugando al fútbol desde que era pequeño

Silvia Meseguer El MIR se está preparando para elegir una especialidad médica. Juega en el Sevilla FC y recuerda cómo desde pequeña, en su pueblo turolense de Híjar, disfrutaba del fútbol con sus amigos en el recreo del colegio y en la calle al salir.

Meseguer en un partido. Foto cortesía del Sevilla FC

“En ese momento ni siquiera sabía que existía el fútbol femenino. Acabo de jugar y ya está. Además, solo jugaba con chicos, allá en los pueblos de alrededor no había chicas que jugaran al fútbol”, dice el futbolista.

Y no descubrió que había equipos femeninos hasta que su profesor de Educación Física la llamó para jugar con el grupo que él entrenaba en Zaragoza. Cursaba 3º de la ESO y ante la falta de referentes femeninos sobre el césped, quería ser como el exjugador de Real Madrid y Juventus, Zinedine Zidane.

Pasión por la Medicina y malabares para combinar

Su pasión por la Medicina también le llegó pronto. “No sé por qué porque no tengo a nadie en la familia que sea médico, pero siempre me ha gustado y tenía claro que quería estudiar esa carrera”, dice el futbolista.

Cuando empezó a estudiar la carrera estaba en el Atlético de Madrid, iba al colegio por la mañana y entrenaba por la tarde, por lo que supo conciliar ambas pasiones “con mucha organización y disciplina”.

“En el segundo o tercer año en el Atlético empezábamos a entrenar por la mañana, a las doce, pero aun así tenía tiempo de ir a los entrenamientos para la carrera, que empezaba a las ocho, y como el hospital estaba al lado, me podía organizar. ”, dice Meseguer, que también jugó con la selección española.

El último año de la carrera tuvo que “hacer malabarismos” para poder llegar a todo. Tuvo que romper las prácticas, luego recuperarlas por la tarde. “Fue un desastre”, dice.

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De hecho, Meseguer tuvo que renunciar a la selección española para poder terminar la carrera, no podía estirar más el tiempo y los viajes con la selección eran de al menos una semana y media.

Todavía no sabe qué especialidad elegir una vez que apruebe el MIR porque dice que dependerá de la calificación que obtenga, pero sí descarta la cirugía porque no le gusta y le atrae la medicina intensiva y la anestesia.

Incomparable con el fútbol masculino

Conoce muy bien la rápida evolución del fútbol femenino pero aún así asegura que no se puede comparar con el masculino y, además, necesita más oportunidades.

fútbol femenino 8m
El jugador sevillista. Foto cortesía del Sevilla FC

“El fútbol masculino tiene tantos años más que nosotros, que no se puede comparar, es el mismo deporte pero no tiene nada que ver, tenemos que enfocarnos en nosotros mismos, en seguir creciendo poco a poco y todo lo que ha sido conseguido esa vuelta”, subraya el sevillista.

Al inicio de su profesión, admite que padecía de machismo por los comentarios “típicos de que las mujeres no saben jugar al fútbol”. Y que si eres mujer “no puedes ser buena” en el fútbol. En este sentido, destaca que hay que superar eso y si de verdad haces lo que te gusta, lo seguirás haciendo.

Esperar

Para este 8 de marzo, Meseguer quiere visibilizar que interesa el fútbol femenino, que si ha crecido tanto en muy poco tiempo es porque la gente quiere verlo, por eso anima a la sociedad a ayudar a este deporte femenino pero no solo a esta, a todas las femeninas, que “quizás están más del lado”.

“Hay que mirar hacia adelante y sobre todo enfocarse en lo que podemos lograr, en los pasos que puedes dar, que sean firmes. Seguramente va a costar mucho pero tenemos que seguir por muchos palos que recibamos”, dice el sanitario y jugador del Sevilla.

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Y a ese hombre, niño o adulto, que le dice a una mujer, niña o adulta, que no puede jugar al fútbol, ​​Meseguer le lanza un mensaje: “Ve un domingo a ver cualquier partido de fútbol femenino, te sorprenderías”.

árbitro y enfermera

Iragartze Fernández tiene 29 años. Es árbitra asistente en Primera División Femenina y en Primera RFEF masculina. Compagina esta profesión con otra, la de enfermera, en el centro de salud San Ignacio de Bilbao.

enfermería de fútbol
La enfermera y el árbitro en un partido. Foto cortesía del fotógrafo DPC

A la edad de cuatro años, su padre la inscribió en el equipo de fútbol de la escuela. Jugaba con ella y contra los chicos. No había ligas de fútbol femenino. “Siempre me ha gustado la pelota y el fútbol”, dice Fernández, pero también arbitrar, de hecho, su padre, a pedido de ella, plastificó cartulinas amarillas y rojas para ella y le compró un silbato.

Le encantaba la enfermería desde que era pequeña.

“Los hospitales, los pacientes, los temas de salud siempre me han llamado la atención, me encantaba ver Hospital Central por televisión. Además, tengo familiares que son enfermeras y me contaron todo lo que hicieron, así que decidí ir a por ello”, afirma el árbitro.

Una lesión la retiró del fútbol poco después de cumplir 20 años pero la empujó al arbitraje, un mundo que la atraía mucho.

Todo ello haciéndolo compatible con su carrera de Enfermería. Estaba en tercer grado cuando comenzó el curso de arbitraje.

“El arbitraje ha ido de la mano de Enfermería, poco a poco se han ido complementando y compatibilizando”, dice Fernández, que ha tenido como referente a la jugadora del Athletic y ahora segunda entrenadora del Levante, Érika Vázquez. “Para mí ha sido mi heroína”.

Enfermería y 8M
La enfermera y el árbitro. foto de cortesía

Lo que más le gusta de su profesión de enfermera es ver las caras de satisfacción y agradecimiento de sus pacientes cuando salen de la consulta cuando han solucionado un problema, porque, al final, “la salud es lo que más importa”.

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“No puedo ni explicar ese sentimiento de gratitud, ese sentimiento, he podido ayudar a una persona, ese sentimiento de que he podido ayudarla es lo que más me gusta. Me voy a casa muy contenta cuantas más personas veo en mi consultorio y más puedo ayudar”, dice la enfermera.

El machismo existe en todas partes

Es de la opinión que no sólo la profesión de Enfermería o la del arbitraje femenino sustentan actitudes machistas. “En todos lados hay machismo y esos comentarios. Sí, estamos consiguiendo muchas cosas, y en el arbitraje para hacernos un hueco en Primera”, reflexiona la enfermera.

Y cree que un árbitro será insultado sin importar si es hombre o mujer. “Esa es mi experiencia, yo voy al campo y el árbitro, como le dicen de todo, si se equivoca me pasa lo mismo”, abunda.

“Tenemos que quedarnos con las cosas positivas porque hay cosas negativas en todos lados, en cualquier trabajo. Si nos enfocamos en lo que está mal es una forma de estancarnos, si nos enfocamos en lo que estamos mejorando y cómo vamos progresando, al final es una forma de revalorizar quiénes somos y ganar un poco más de poder”, señaló. mantiene

Impulso en 8M

Por el Día Internacional de la Mujer, reivindicar la igualdad y seguir trabajando como lo están haciendo las mujeres, mirar el presente y siempre hacia adelante.

Eso sí, subraya que han pasado y están pasando muchas cosas que hay que tener en cuenta para que no vuelvan a pasar, pero insta a “ser conscientes de lo que estamos consiguiendo las mujeres para tener la energía y el empuje para que en nuestro gran Nadie tiene miedo de conseguir lo que quiere”.

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