¿Sabes poner límites? ¿Reconoces a una persona tóxica? ¿Te has fijado algunas prioridades en la vida? El psicólogo Tomás Navarro nos da sus claves para conseguirlo y sacar de nuestro día a día a las personas tóxicas que además de traernos dolor, nos restan y anulan.
FOTO EFE/Pedro Puente Hoyo
En su último librotus lineas rojas (Zenith) Navarro aporta las claves y “herramientas de una manera muy práctica, sencilla y clara” y con el “rigor” de la psicología para poner límites, cuidarse y protegerse emocionalmente de los que hacen daño, como se afirma en un entrevista con EFEsalud.
“No estamos aquí para perder el tiempo. Es para gente de la calle que tiene, por ejemplo, una pareja tóxica o una madre o un jefe y doy recursos reales, necesarios, es lo que está en el libro”, explica Navarro.
Establecer prioridades
Confiesa que decidió cambiar y empezar a establecer límites cuando nació su hija. Desde entonces ella ha sido su prioridad, y es que ella defiende que no se puede hacer un cambio profundo si no se hace otro sobre prioridades vitales.

Aboga por abandonar la prioridad de sentirse buena persona o dar más importancia a las necesidades de los demás y te invita a empezar a ponerte en primer lugar.
“estoy en contra de la bondad, la bondad se acabó. Esas personas que causan dolor son malas, tóxicas y hay que protegerse de ellas porque si no se va por el desagüe la salud mental”, asegura.
“Hay personas que superan los límites y hay que marcarlos”, insiste la psicóloga, que subraya que para convencernos de que una persona es tóxica, debemos preguntarnos qué huella emocional deja porque “muchas veces ignoramos ese dolor y lo tomamos”. cosas por sentadas que no son normales”.
A la pregunta de cuándo poner límites, su respuesta es contundente: “Cuando dices que tienes que poner límites, siempre llegas tarde”.
Seis claves para alcanzar los límites
Establece seis conceptos clave para poder hacerlo, todos ellos igualmente importantes, como destaca la psicóloga que parte de la autoestima y no del “autosabotaje”; también por el respeto propio, que es “responsabilidad hacia uno mismo”.
“Tienes que ser exigente con tu trato, no lo puedes tolerar según lo que lo trates, si no te respetas lo normalizas”, apunta Navarro, para quien el hecho de comerse una bolsa entera de patatas fritas o dejar de hacer algo para que no te enfades con tu pareja, es lo contrario al respeto por uno mismo.

también apuesta por “asertividad proporcional” y en este sentido comenta uno de los ejemplos que da en el libro para explicar el concepto: “No puedo apagar un incendio en la cocina con un hidroavión y un incendio forestal con un extintor doméstico”, subraya.
El autocuidado es otra de las claves y en este punto califica de “paradójico” que haya personas que se preocupen por los demás pero no por ellos mismos.
Y la autoprotección y la autodefensa también son vitales para poder poner límites. “Parecen conceptos similares pero no lo son, el primero es para que no tengas que defenderte, se trata de poner unas barreras, y el segundo es cuando ya te están atacando”, detalla la psicóloga.
concepto PAL
Por eso defiende un concepto que expone en su libro, al que llama “PAL”: la ‘P’, de ‘priorizar’, la ‘A’ de ‘aconsejar’, a esa persona que no quiere seguir por ese camino; y la ‘L’ de “límite”.
Todo esto también puede empezar desde la infancia y para ello lo fundamental es tratar a los niños no como objetos, sino como personas. Adaptando el discurso a su edad y permitiéndole, dentro de unas pocas posibilidades, tomar decisiones.