La conmoción de la garganta por el virus del papiloma
“Si ya es duro recibir la noticia de un diagnóstico de cáncer, a esta fatalidad se le añade una sorpresa mayúscula cuando se comunica a un paciente que sufre un tumor de orofaringe debido al virus del papiloma”, dice María Jesús Romero Santos, presidenta de la Asociación Española de Pacientes de Cáncer de Cabeza y Cuello (APC).
“De hecho, la mayoría de ellos y ellas no alcanzan a comprender, ni siquiera a imaginar, cómo es posible que este virus, relacionado habitualmente con el cáncer de cérvix, cuello del útero, propicie un cáncer que afecta a su garganta”, expone.
“Y muchos se quedan estigmatizados -dice-. No quieren ni oír ni hablar de este engendro tumoral. Se aíslan y se niegan a reconocer en público, aunque solo sea a nivel familiar, que están sufriendo un cáncer originado por el virus del papiloma”.
Según las cifras publicadas en el informe 2023 de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), los cánceres en la cavidad oral y faríngea se estiman en 7.882 nuevos casos, y de laringe otros 3.378, sumando un total de 11.260 neoplasias maliciosas para este año.
“La inmensa mayoría de estos tumores estarán provocados por el consumo de tabaco y alcohol, pero un 20% de ellos tendrán su origen en el papilomavirus, casi todos en la zona de la orofaringe”, subraya el Dr. Pedro Pérez Segura, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario San Carlos.
Existen otros factores de riesgo: la exposición a residuos industriales, el reflujo faringolaríngeo o las infecciones bucales persistentes, como el virus de Epstein-Barr, de la familia de los herpes, más conocido por la enfermedad del beso.
En el año 2021 y en la Comunidad de Madrid se registraron 1.201 nuevos cánceres de cabeza y cuello.
“En nuestro centro hospitalario se diagnostican y tratan anualmente entre 60 y 70 casos de cáncer de cabeza y cuello; de los cuales, un 20% serían secundarios al VPH o a la combinación de este microorganismo con la acción destructiva del hábito tabáquico”, destaca en una entrevista para EFEsalud realizada en su despacho.
La garganta, otro reservorio del papilomavirus
La faringe o garganta humana es un conducto musculoso, revestido de membrana mucosa, situado entre la boca, después del velo del paladar, la parte posterior de las fosas nasales y el esófago. Al discurrir por el cuello, ayuda a respirar, beber y canalizar los alimentos hacia el aparato digestivo.
Esta especie de tubo está constituido por la nasofaringe o zona profunda de la nariz que se comunica por aireación con el oído. A continuación, hacia abajo, encontraríamos la orofaringe, por detrás de la cavidad oral. Y por último, la hipofaringe, que se canaliza hasta el esófago.
El papilomavirus suele infectar las áreas de la zona oral, haciéndose fuerte en la orofaringe, al igual que sucede en otras partes del cuerpo, como la zona vaginal, el pene o la zona anal, donde suele dar la cara con verrugas. Se calcula que el 80% de las personas sexualmente activas están o estarán infectadas.
Según los datos SEOM, las previsiones en cáncer de cérvix, causado fundamentalmente por el VPH, contabilizarán 2.326 nuevos casos; una amenaza real y constante para la mujer, incluso durante décadas (periodo de incubación 15-25 años).
“La infección por VPH es relativamente frecuente en el ser humano, puesto que los cálculos establecen una horquilla de entre un 20 y un 30 % de población afectada. Pero solo algunas variantes o mutaciones de este virus son las que provocan tumores en las zonas donde está implantado”, expone el Dr. Pérez Segura.
El fenotipo de un tumor por VPH orofaríngeo podría ser: hombre, de 40 a 60 años de edad, con más de una relación de pareja o que tuvo relaciones sexuales tempranas, cuyo tumor estaría localizado en la amígdala o en la base de la lengua.
Existen alrededor de 100 serotipos del Virus del Papiloma Humano
“Los serotipos que más nos preocupan son doce: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59… especialmente las variantes 16 y 18. Después del pertinente estudio anatomopatológico, el control del virus se modulará en función del serotipo que se encuentre detrás de la infección.
Desconocemos el porqué de la malignidad de las variantes 16 y 18… Probablemente, generan cambios genéticos a nivel celular, en el interior de las células normales que se encuentran en los tejidos de la orofaringe, como sucede en el cuello del útero.
Los virus inoculan su material genético dentro de las células para utilizarlo como palanca de multiplicación.
En ocasiones, este material genético vírico produce, a la vez, una mutación en los genes de la célula normal, convirtiéndose en una célula tumoral.
En cualquier caso, la mayoría de los papilomavirus arraigados en la garganta desaparecerán de la zona orofaríngea, sin dejar secuelas; otros permanecerán silentes; solo algunos desarrollarán tumores malignos, siendo imposible conocer el cuándo”.
Pedro Pérez Segura, oncólogo médico jefe en el Hospital Clínico San Carlos

Doctor, ¿Cómo es posible que este virus llegue a la garganta y sobreviva?
“En el día a día convivimos con una gran cantidad de agentes infecciosos; es parte de nuestro ecosistema. Nos rodean virus, bacterias, hongos y otros microorganismos”, señala.
“Aunque estemos expuestos sin remedio, y nos contagiemos con relativa facilidad, puesto que existen suficientes personas ya infectadas, solo un pequeño número de estos individuos desarrollará negativamente la infección por VPH”, enmarca.
“Y quiero insistir en esta idea. El contagio del papilomavirus puede producirse por la saliva, en los besos, al recibir nuestro sistema respiratorio gotículas originadas por un estornudo, o por cualquier otro tipo de contacto físico, más o menos íntimo”, asegura.
“En algún caso, incluso, este virus lo adquiere el bebé de su madre en el nacimiento a través del canal del parto durante”, manifiesta.
Para el Dr. Pérez Segura, lo importante, más allá de la prevención sistemática de los factores de riesgo, es poner el foco médico en los serotipos con especial tendencia a convertir las células normales, sanas, en células perniciosas.

¿Las personas infectadas de VPH que desarrollan cáncer pueden estar determinadas por su genética?
“Sabemos que aquellas personas en situación clínica de inmunodepresión, ya sea por una enfermedad congénita o por algún proceso de salud extraordinario, como un trasplante de órganos o tejidos, tienen más posibilidades de desarrollar cáncer”, indica.
“Su sistema defensivo no está capacitado o no tiene la misma fortaleza para luchar contra el agente infeccioso, como sí sucede en el caso de una persona sin patologías”, refuerza.
“También, debemos tener en cuenta que nos encontramos casos de cáncer por VPH en unidades familiares con hábitos de vida poco saludables o tóxicos, donde imperan el humo del tabaco, el alcohol, el sedentarismo o una alimentación inadecuada para la protección general del organismo”, aporta.
Puntualmente, también se diagnostican tumores con un origen en alteraciones genéticas heredadas, un factor que incrementa el riesgo en esta zona de la garganta.
“Es el caso de alteración en el gen BRCA2, ubicado en el cromosoma 13, que interviene en cánceres de mama, ovario y también en algunos de próstata, páncreas y laringe en este grupo de personas”, completa el médico oncólogo.

Una vez diagnosticado el cáncer de orofaringe por VPH, ¿Cómo se trata al paciente?
“Primero, reunión multidisciplinar de l@s especialistas que intervendrán en el tratamiento del tumor: radiólogos, patólogos, cirujanos, otorrinos, maxilofaciales, oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, rehabilitadores, etc., con el objetivo de valorar la situación global del paciente”, responde.
“Segundo, siempre, en función del estadio en el que se encuentra el tumor, se planteará un tratamiento absolutamente protocolizado poniendo el foco en cada individuo”, explica.
“Durante este proceso nos centraremos, además, en la situación física y emocional del paciente. Unos vienen a la consulta en una situación aceptable o buena, pero en otros observamos desnutrición o infecciones añadidas”, muestra.
Asimismo, es fundamental cuidar al máximo el entorno del paciente, haciendo especial hincapié en la logopedia y la rehabilitación en general.
“Entre todos adoptamos dicho planteamiento terapéutico y se lo comunicamos al paciente con el máximo detalle posible, incluso informándole de las posibilidades ciertas de curación o del carácter paliativo de las terapias, con intención de retrasar al máximo la evolución del cáncer”, enseña.
“A la vez, ofreceremos al paciente todas las ayudas asistenciales sanitarias, quirúrgicas y farmacológicas, o de carácter sociosanitario, como el servicio de psicología o el apoyo de un trabajador social”, informa.

El arsenal terapéutico en cáncer de garganta
La oncología médica dispone de tres grandes grupos de tratamiento: cirugía, radioterapia y farmacología, cuyo objetivo es la medicina personalizada.
“Cirugía tanto para pacientes que tienen tumores resecables o pequeños que se pueden eliminar de una manera sencilla con actividad quirúrgica. Nos permite, también, estudiar las células tumorales a nivel anatomopatológico con el fin de averiguar cualquier factor de riesgo no identificado hasta ese momento”, detalla.
La ciencia robótica, con la cirugía transoral, mínimamente invasiva, está permitiendo acceder a espacios de gran dificultad operativa, situación que abre una vía de nuevas terapias.
“La radioterapia es fundamental en este tipo de tumores, sobre todo cuando no ha sido posible extirpar la totalidad de los tejidos tumorales o están afectados los ganglios. Aquí, la tecnología juega un papel clave en la planificación del tratamiento y las zonas que se someterán a la radioterapia, intentando reducir al máximo posible la toxicidad”, asegura.
La decisión del fármaco tumoral irá en función del perfil de cada paciente.
“Quimioterapia, anticuerpos monoclonales, que bloquean el crecimiento y la diseminación del cáncer, aplicados con terapias biológicas dirigidas… Y, en los últimos años, la inclusión de la inmunoterapia, una fórmula con efectos muy positivos contra el cáncer, no solo en tumores de cáncer y cuello”, atestigua.
Dr. Pérez Segura, estos pacientes tienen un buen pronóstico y esperanza de vida, bastante mejor que los que padecen un cáncer de cabeza y cuello originado por el hábito tabáquico, ¿Dónde están las claves de su alta supervivencia?
“La clave está en el diagnóstico precoz. Debemos insistir en que es necesario acudir a la consulta del médico de cabecera cuando el paciente sienta algún tipo de molestia en la zona oral”, aconseja.
Cada año, centenares de miles de personas de todo el mundo sufren heridas o llagas en el interior de la boca que no se curan pasadas dos o tres semanas, tienen dificultades al tragar o soportan afonía, disfonía, obstrucción en una de sus fosas nasales, dolor de oído o visión doble; incluso bultos o ganglios cervicales palpables.
Cuando se diagnostican este tipo de lesiones en estadio precoz el porcentaje de curación es muy alto. Se puede generalizar afirmando que la tasa media de supervivencia a un año es del 75% y del 42% a los cinco años.
“Aunque sea verdad que cada vez se diagnostican más personas afectadas por el virus del papiloma, como razón del cáncer de orofaringe, el foco médico y mediático hay que situarlo en el hábito tabáquico como gran vector cancerígeno”, recalca sin ambages.
Hay que dejar de fumar y que nadie se inicie en el tabaquismo, y no solo por su liderazgo como causante de la aparición de tumores de cáncer de cabeza y cuello, sino porque está detrás de más de doscientas enfermedades.
“Si se evita el tabaco, más aún en unión rutinaria a las bebidas alcohólicas, acudimos al médico con los primeros síntomas o nos revisamos la cavidad oral de forma periódica en el Servicio de Odontoestomatología, donde es normal que se identifiquen lesiones de este tipo en estas áreas, el diagnóstico precoz elevará de forma sustancial la esperanza de vida y la supervivencia”, ratifica.
La presidenta de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello aprovecha la ocasión para insistir en una de las claves del diagnóstico precoz de estos tumores:
“En España podemos acceder a odontoestomatólogía de Atención Primaria de forma directa, sin pedir cita previa al médico de cabecera. Nos harán una revisión de toda nuestra zona bucal (labios, dientes, paladar, etc.), de la faringe (nasofaringe, orofaringe e hipofaringe), y de la laringe.
“No podemos perder un tiempo precioso esperando a la consulta de cabecera más el tiempo añadido hasta la consulta especializada. Por cualquier cosita que aparezca en la boca nos derivarán, si procede, al especialista, quien determinará las pruebas diagnósticas oportunas”.
María Jesús Romero Santos
Doctor Pérez Segura, y cómo experto en la evaluación de nuevos medicamentos oncológicos, ¿Estamos a las puertas de algún tratamiento innovador en cáncer de garganta?
“En este campo de la cabeza y el cuello se incluyen terapias vanguardistas que permiten, en pacientes con mal pronóstico, alrededor de un 20 ó 30% de los casos, el control de la enfermedad pasados cinco años del tratamiento, algo impensable hace 48 o 52 meses”, ilustra.
“A pesar de que era una patología algo olvidada en las líneas de investigación científica, ahora se están sumando un mayor número de ensayos clínicos con fármacos que actúan sobre los mecanismos básicos de la célula tumoral o en el área de la inmunología, vía importantísima”, resalta.
“Es más, en el próximo trienio (2023-2026) incorporaremos fármacos que, unidos a la radioterapia, curarán a un número mayor de pacientes con una menor toxicidad. Nos cabe sentir esperanza”, comparte.

¿Y qué papel preventivo le asignamos a la vacuna contra la infección del papilomavirus?
“De protagonista -tranquiliza la presidenta de la APC-. Por fin ya está aprobada tanto para chicas como para chicos, aunque el ritmo de implantación en el calendario vacunal no está establecido por igual en cada Comunidad Autónoma de España”, se apena.
“Con todo, es muy recomendable para ambos sexos”, concluye esta mujer emprendedora, luchadora y solidaria.
Valoración que acentúa el Dr. Pedro Pérez Segura.
“Es un avance brutal -garantiza-. Y no solo porque la vacuna está reduciendo un número muy significativo de casos de cáncer de cérvix, sino porque desinfla una problemática que amenaza sistemáticamente a la mujer”.
“Es prioritario que los varones se vacunen contra el VPH, puesto que el hombre es un reservorio o vector de la transmisión del virus. Vacunar exclusivamente a las mujeres no es la medida estrella de una sociedad comprometida, sino que el objetivo es cortarle el camino al virus en todos los terrenos”, opina.
“Ambos sexos tienen que colaborar en disminuir radicalmente la transmisión del virus del papiloma”, determina.
Por último, doctor. La mayoría de los cánceres en la boca y la garganta están provocados por el tabaquismo, el alcohol y combinación de ambos factores de riesgo. A ellos se une el VPH… ¿El cáncer nos impide disfrutar de la libertad?
“Lo que realmente nos impide disfrutar de la libertad es la falta de concienciación sobre la realidad del cáncer en nuestra sociedad”, plantea.
“Es una enfermedad cuyo origen, en ocasiones, puede ser genético, pero un grandísimo porcentaje obedece a los hábitos de vida poco saludables: detrás del 95% de los casos de cáncer de cabeza y cuello están, básicamente, el alcohol y el tabaco, aunque se sume la infección por papilomavirus”, argumenta.
Y menciona el ejemplo vital de sus pacientes oncológicos.
“Nos muestran el camino. Ellos mismos se adaptan a sus circunstancias: viven la la vida en función de sus limitaciones, a pesar de que este tipo de tumores puedan conllevar secuelas terapéuticas muy severas”.
La cirugía desencadena muchas veces efectos latentes sobre la lengua, sobre la mandíbula o sobre el cuello de los pacientes, algo que se puede observar externamente en forma de cicatrices, traqueostomías -abertura en la tráquea- o la extirpación de órganos internos importantes para la fonación o para la deglución.
La radioterapia desencadena irritaciones tanto a nivel de las mucosas, dando lugar a la mucositis (inflamaciones), como de la piel, dando lugar a una radiodermitis (desde una descamación seca con costras hasta una ulceración de todo el espesor de la piel, pasando por una descamación húmeda con pequeños traumatismos).
La quimioterapia potencia los efectos negativos de la radioterapia y produce daños sistémicos, como vómitos, cansancio o alteraciones en la serie blanca de la analítica sanguínea -leucocitos- y alteraciones iónicas (metabólicas, como en citoquinas, neuropéptidos y hormonas).
Lo más grave de esta tipología de cánceres es que afecta a funciones vitales como son el habla, la ingesta de alimentos y bebidas o a la respiración, lo que hace que la calidad de vida de los pacientes se vea muy deteriorada.
Son motivos más que suficientes para que la oncología médica trate de alcanzar la curación de estos cánceres o la mejor calidad de vida posible con el fin de que sus pacientes recuperen la normalidad, lo más parecida posible a la que disfrutaban antes del cáncer.
“Las personas necesitamos relacionarnos con nuestros familiares y amigos, desarrollar nuestras profesiones, que suelen requerir contactos interpersonales; es decir, socializar a todos los niveles, sin aislarnos de nuestro entorno. La libertad se basa, por tanto, en la salud”, concluye el Dr. Pedro Pérez Segura.
Según la SEOM, en 2023 se esperan hasta 279.260 nuevos casos de cáncer de todo tipo (158.544 hombres y 120.715 mujeres), principalmente a nivel colorrectal, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria.
El tabaquismo, las infecciones, el alcohol, el sedentarismo y las dietas alimenticias inadecuadas volverán a repetir como factores de riesgo principales, pero habrá que prestar especial atención a la radiación ultravioleta y al envejecimiento general de la población.
El efecto sinérgico del tabaco y el alcohol multiplica por treinta las posibilidades de tener un diagnóstico de carcinoma oral, orofaringe y esófago, provocando una de cada tres muertes.
De los fallecimientos relacionados con los tumores en el año 2021 son llamativos los 2.451 con origen en el labio, la cavidad oral y la faringe. También los 1.158 de la laringe y los 22.438 sumando tráquea y pulmón.
El Informe SEOM, no obstante, despliega una magnífica noticia en su informe anual: “La supervivencia de l@s pacientes oncológic@s en España se ha duplicado en los últimos cuarenta años”.