Desmontar mitos contra la mutilación genital femenina

No favorece tener más hijos, ni mejora la fertilidad. Todo lo contrario. La mutilación genital femenina perjudica la salud de mujeres y niñas y vulnera sus derechos fundamentales, por lo que es necesario desmontar mitos y creencias en torno a esta práctica.

En ocasión de Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital FemeninaMédicos del Mundo quiere contribuir, a través de la información y la difusión, a desterrar los mitos y creencias vinculados a esta práctica “que se dan por hechos pero no lo son”,

La mutilación genital femenina daña la salud de mujeres y niñas, es una forma de violencia de género y viola los derechos humanos. Por eso la ONG ha puesto sobre la mesa los diferentes mitos en torno a esta práctica y que intenta erradicar con mediadores interculturales.

Aunque en España es un delito, se estima que más de 3.600 niñas menores de 14 años corren riesgo de sufrirlo, principalmente las que proceden de países como Nigeria, Senegal, Gambia, Guinea o Ghana, según un informe de 2019. estudio elaborado por la Fundació Wassu-UAB e impulsado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.

Los mediadores interculturales han logrado ser un referente en el activismo contra la mutilación y generar espacios de confianza dentro de su propia comunidad, en los que se comparten experiencias y se desmitifican argumentos sobre esta práctica.

Diez mitos y creencias sobre la mutilación genital femenina que hay que desmontar

  • La religión obliga: Ninguna religión exige practicarlo. Tiene que ver con la zona y la etnia. Surgió en el antiguo Egipto y no aparece en el Corán ni es propio de ningún otro credo. Hay estados islámicos donde no se practica, como Marruecos, Argelia o Arabia Saudí. También lo realizan cristianos, como en Nigeria y Camerún.
  • Se practica en toda África: Está culturalmente aceptado en algunas comunidades africanas, pero no se lleva a cabo en todo ese continente. Hay comunidades que lo hacen en partes de Medio Oriente y Asia, así como pueblos indígenas en América Latina.
  • Es más higiénico: No, todo lo contrario. Puede causar hemorragias, infecciones urinarias y vaginales por acumulación de sangre, así como fístulas. También enfermedades como el tétanos, el VIH o la hepatitis e incluso la muerte.
  • Es bueno para las niñas: Se considera que si la niña no ha pasado el corte, será rechazada para el matrimonio, lo que significa que su futuro no estará garantizado. Esta visión debe ser contrarrestada, advierte Médicos del Mundo, con las “graves consecuencias” para la salud, tanto inmediatas como a medio y largo plazo. También para la salud mental, ya que puede provocar estrés postraumático, depresión, ansiedad, miedo y cambio de actitud en los jóvenes.
  • Es una costumbre y una tradición: En este punto, la ONG advierte que si una práctica daña la salud y vulnera los derechos fundamentales de mujeres y niñas, se debe cambiar por otra que garantice su bienestar. Pueden celebrarse ritos de iniciación que incluyan la mutilación genital.
  • Se puede equiparar a la circuncisión masculina: No. Los dos son muy diferentes. La circuncisión no tiene las mismas repercusiones negativas sobre la salud o la sexualidad.
  • Las mujeres tienen más hijos: No. No aumenta la fertilidad y también puede causar partos complicados y un mayor riesgo de mortalidad neonatal. A veces, las infecciones pueden conducir a la infertilidad.
  • Garantiza la fidelidad de la mujer y que llegue virgen al matrimonio: No. La ONG destaca que la fidelidad no depende de tener o no tener clítoris. Una mujer que no ha sido mutilada goza de mejor salud y es más probable que disfrute más de su pareja. Tampoco garantiza la virginidad hasta la boda. “A través de la educación se pueden transmitir estos valores sin tener que causar este daño físico a las mujeres y niñas”.
  • Evita problemas de salud en los bebés y la transmisión de enfermedades a los hombres: No.
  • El hombre obtiene más placer en las relaciones sexuales: No. Médicos del Mundo sostiene que la persona disfruta más cuando la otra persona también disfruta, sin embargo, la mujer víctima de mutilación genital femenina tiene menos posibilidades de sentir placer.
FOTO EFE/Alba Villen
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