Cuando un paciente potencialmente curado finaliza un periodo de cinco o más años en el Servicio de Oncología de su hospital, podría comenzar una nueva etapa en Atención Primaria, momento que genera cierta incertidumbre en los supervivientes de cáncer a largo plazo.
Conseguir una continuidad de calidad en la atención de estos supervivientes largos es un reto que, en vísperas del Día Mundial contra el Cáncer, persigue la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y el Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC).
Estas sociedades médicas se han unido para trabajar en un protocolo que sienta las bases para el acompañamiento de estos pacientes en los diferentes niveles de la sanidad pública.
Los avances en las terapias contra el cáncer y la detección precoz del cáncer permiten curar cada vez a más pacientes e incluso cronificar la enfermedad en determinados tumores.
Esto implica un seguimiento sostenido en el tiempo de los supervivientes largos, no solo para detectar posibles recaídas, sino también para tratar las secuelas del cáncer, los efectos secundarios de las terapias y otras comorbilidades propias de cada afectado, como diabetes o hipertensión.
Una atención continua necesaria para sobrevivir al cáncer pero también para hacerlo con calidad de vida.
“Necesitamos otros niveles sanitarios, como Atención Primaria, para dar cabida a las necesidades de estos pacientes que, probablemente, no siempre deban permanecer en los servicios de oncología de los hospitales”, explica a EFE el la oncóloga Ana Santaballa, jefa del Grupo de Prevención y Diagnóstico Precoz y miembro del Grupo de Supervivientes Largos de la SEOM.
Para él Dr. Roberto Bernal, coordinador del Grupo de Trabajo de Cáncer de SemFYCLos supervivientes de cáncer a largo plazo “son una prioridad para el médico generalista”, que además está capacitado para abordar los problemas psicosociales de sus pacientes en una sociedad cada vez más longeva.
Estos médicos forman parte del equipo de trabajo que actualmente está elaborando las directrices de este protocolo que quieren traspasar las fronteras de cada comunidad autónoma e incluso de cada hospital y convertirse en un documento mínimo de consenso que sirva a todo el sistema sanitario.
“Esta es una necesidad que los gobiernos tienen que afrontar tanto con los recursos como con la organización de los niveles asistenciales”, afirma el doctor Santaballa, especialista en tumores de mama y ginecológicos del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia. .
Un reto que se produce en un momento complicado para la Atención Primaria, mermada aún más tras la pandemia de covid y con sus médicos envueltos en acciones de protesta en defensa del primer paso sanitario.
“En Atención Primaria ya participamos en el seguimiento del superviviente largo y nos ajustamos a los recursos disponibles. Para nosotros es prioritario que se cumplan los objetivos en beneficio del paciente, hay que optimizar los recursos”, subraya el Dr. Roberto Bernal, médico de un centro de salud de Puerto Real (Cádiz).

Objetivos del protocolo de atención a los supervivientes a largo plazo
Uno de los objetivos es tratar de emprender programas de seguimiento compartidos de estos pacientes y para ello debe existir una comunicación directa y continua entre el especialista y el médico de familia (las nuevas tecnologías lo facilitan) con un conocimiento preciso de la historia clínica del paciente y la elaboración de un informe de seguimiento.
Otra tarea es organizar un vía de referencia rápida para que, en caso de ser necesario, el paciente regrese a la atención especializada en el menor tiempo posible.
“El paciente tiene que sentir que todos estamos coordinados, que no se sienta perdido en el sistema. Esto no es un abandono, es una continuación de su cuidado”, subraya el oncólogo.
Él formación de médicos de familia Es otro de los puntos que abordará el futuro plan con el fin de dotar de más herramientas para detectar recaídas o nuevos tumores, siguiendo también las recomendaciones de las sociedades internacionales para cada cáncer.
“El médico de familia está capacitado para detectar recaídas pero sobre todo para prevenir y tratar los efectos secundarios del cáncer y las patologías crónicas que también padece el paciente”, apunta Santaballa.
El oncólogo asegura que es un “mito” creer que un seguimiento exhaustivo o continuar en el hospital hace que se detecte antes una posible recaída, algo que en la mayoría de los casos no ha demostrado la evidencia científica, aunque nuevas pruebas como la biopsia líquida pueden ayudar a prevenirlo. proporcionar más información sobre los pacientes propensos a la recaída.
Incertidumbre y miedo en los pacientes
Al dejar atrás varios años, un mínimo de cinco, en el Servicio de Oncología del hospital, los sobrevivientes a largo plazo pueden experimentar una alta incertidumbre, miedo e inseguridad sobre cómo será su atención médica.
no es el caso de Catiana Martínez, representante de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA)que permanece en su hospital público de Murcia tras años de control tras haber sufrido, a los 31 años, un tumor de mama y haber sufrido posteriormente una recidiva.
“Me siento más protegido con mi oncólogo, me hago una revisión una vez al año y no me han derivado a Atención Primaria, ni lo he pedido”, cuenta a Efe.
Pero Catiana Martínez, también presidenta de la Asociación Amiga Murcia, considera “positiva” esta vuelta al centro de salud “para que las mujeres puedan cerrar el proceso y no se sientan pacientes toda la vida”.
Sin embargo, precisa, “todavía quedan muchos puntos por coordinar” para hacer efectiva esta derivación en un momento de “saturación” de la Atención Primaria.
“No debe significar -indica- una merma en la calidad, atención, supervisión, acceso… Que haya una comunicación directa entre el médico especialista y el médico de familia”.
Pero también pide que no suponga un retraso en el acceso a las pruebas y que para realizarlas no las trasladen a centros privados subvencionados.
“Creemos que no cumplen con las mismas garantías de calidad y precisión que las que se realizan en los hospitales públicos”, afirma mientras pide que se tenga en cuenta la opinión y experiencia de estos pacientes.
Las mujeres con cáncer de mama son un ejemplo de sobrevivientes a largo plazo, más del 80% de los casos, que requieren continuidad de cuidados debido a las secuelas del cáncer y los efectos secundarios de los tratamientos, como las terapias endocrinas para mujeres. con tumores hormonales: más del 70% de todos los casos.
Por ello, estos pacientes han sido el punto de partida para que SEOM y SemFYC trabajen en el diseño de un futuro protocolo que asegure la continuidad de una atención de calidad en los supervivientes de cáncer a largo plazo.