Ni uvas ni otros sucedáneos, como frutos secos o lacasitos, para niños menores de 5 años en Nochevieja. La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) recuerda, un año más, que los más pequeños corren un alto riesgo de atragantamiento o asfixia si siguen la tradición de las campanadas que abren el Año Nuevo.
Las uvas, por su tamaño y su piel resbaladiza y el jugo que contienen, pueden hacer que se traguen sin masticar y generar obstrucciones en las vías respiratorias de los menores, impidiendo que el niño respire, recuerda la SEORL-CCC.
Por ello, los otorrinolaringólogos recomiendan que los niños menores de cinco años no coman las uvas y que cuando se ofrezcan a niños mayores sean sin piel, sin pepitas y cortadas a lo largo.
Tampoco se recomienda dar frutos secos o “lacasitos” (pequeños caramelos de chocolate) a niños menores de cinco años ya que los duros fragmentos que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.
Los cacahuetes deben ofrecerse a los niños menores de cinco años, advierte la sociedad médica.
Primeros auxilios en caso de atragantamiento
A medida que el bebé crece, aprende a llevarse todo tipo de objetos a la boca. Caramelos, trozos de comida, juguetes, monedas, globos… son algunos de los objetos con los que más se atragantan los niños.
Es conveniente que los adultos tengan unas nociones básicas de primeros auxilios para saber qué hacer en caso de atragantamiento.
Si hay un accidente, también es recomendable acudir inmediatamente a un servicio de urgencias para que un especialista en otorrinolaringología pueda valorarlo.
El primer paso será animar al niño a toser. Si la obstrucción es grave, debemos llamar inmediatamente a urgencias y, mientras llega la ayuda del personal sanitario, realizar maniobras de despeje de la vía aérea (maniobra de Heimlich), siempre teniendo en cuenta si el niño es menor o mayor de un año (según la técnica). varía ligeramente).
Según Cruz Roja, si el niño es menor de un año, debe colocarse boca abajo, apoyado sobre las rodillas o antebrazos del adulto con la cabeza situada ligeramente por debajo del cuerpo.
Hay que darle varias palmaditas consecutivas en la espalda a la altura de los hombros, entre los omoplatos. Alterne las palmadas en la espalda con las compresiones torácicas hasta que se expulse el cuerpo extraño o llegue la ayuda médica.