Para este organismo de las Naciones Unidas, las desigualdades que perpetúan la pandemia del sida, con 40 millones de muertos a la fecha, son evitables y por eso insta a abordarlas en tres frentes:
1.-Aumentar la disponibilidad, calidad y adecuación de los servicios de tratamiento, pruebas y prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que necesitan.
dos.- Reforma leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión que enfrentan las personas que viven con el VIH, las poblaciones clave y las poblaciones marginadas, para que todos sean respetados y bienvenidos.
3.- Garantizar el intercambio de tecnología para permitir el acceso equitativo a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre comunidades, como entre el sur y el norte del mundo.
Las comunidades podrán usar y adaptar el mensaje “Igualdad ahora” para resaltar las desigualdades particulares que enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.
Los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta global al VIH revelan que durante los últimos dos años de covid-19 y otras crisis globales, el progreso contra la pandemia del VIH ha disminuido, los recursos han disminuido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo.
Tras cuatro décadas de respuesta al VIH, las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a pruebas, tratamiento y preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.
Según la organización, las jóvenes africanas siguen estando desproporcionadamente afectadas por el VIH, mientras que la cobertura de los programas específicos dirigidos a ellas sigue siendo demasiado baja.
En 19 países africanos muy afectados, los programas de prevención combinados dirigidos a niñas adolescentes y mujeres jóvenes están activos en solo el 40% de los lugares con alta incidencia del VIH.
Solo un tercio de las personas en los grupos de población clave, incluidos los hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, las personas transgénero, los usuarios de drogas, los trabajadores sexuales y los reclusos, tienen acceso regular a la prevención.
Los grupos de población clave enfrentan importantes barreras legales, como la criminalización, la discriminación y el estigma.
Sida: fin de las desigualdades
Recuerda a ONUSIDA que ahora solo nos quedan ocho años para alcanzar el objetivo de 2030 de acabar con el sida como una amenaza para la salud mundial.
“Las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales deben abordarse con urgencia. En una pandemia, las desigualdades solo exacerban el peligro para todos”, destaca la organización.
De hecho, el fin del sida solo puede lograrse si enfrentamos las desigualdades que lo impulsan, agrega la organización que invita a los líderes mundiales a actuar con un liderazgo audaz y responsable.
“Y todos nosotros, desde todos los rincones del mundo, debemos hacer todo lo posible para ayudar a abordar las desigualdades también”.
El Día Mundial del SIDA, el 1 de diciembre, se llevarán a cabo eventos en todo el mundo. Todas estas actividades serán dirigidas no sólo por los organismos oficiales, sino también, y sobre todo, por las comunidades.
“Claro que podemos acabar con el sida, pero debemos acabar con las desigualdades que lo perpetúan. En este Día Mundial del Sida necesitamos que todo el mundo haga suyo el mensaje de que absolutamente todas las personas se beneficiarán del fin de las desigualdades”, afirma. Winnie Byanyima, CEO de ONUSIDA.
ONUSIDA: hechos
Personas que viven con el VIH
En 2020, 37,7 millones [30,2 millones–45,1 millones] de las personas vivían con el VIH.
El 53% de todas las personas que viven con el VIH son mujeres y niñas.
Alrededor de 6,1 millones [4.9 millones–7.3 millones] de las personas no sabían su estado serológico.
Personas que viven con el VIH con acceso a la terapia antirretroviral
A fines de junio de 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral en comparación con 7,8 millones [6.9 millones–7.9 millones] de 2010.
En 2020, el 73% [56–88%] de todas las personas que viven con el VIH accedió al tratamiento.
79% [61 %–95 %] de mujeres adultas mayores de 15 años tuvo acceso a tratamiento; sin embargo, sólo el 68% [52 %–83 %] de los hombres adultos de 15 años o más la tenían.
Nuevas infecciones por el VIH
Desde el pico alcanzado en 1997, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 52%.
En 2020 se produjeron 1,5 millones [1,0 millón–2,0 millones] de nuevas infecciones por el VIH, en comparación con 3,0 millones [2,1 millones– 4,2 millones] de 1997.
El 50% de todas las nuevas infecciones en 2020 ocurrieron en mujeres y niñas.
Desde 2010, las nuevas infecciones por el VIH han disminuido alrededor de un 31 %.
Se estima que estos porcentajes aumentaron durante la pandemia de covid, ya que los bloqueos y otras restricciones interrumpieron las pruebas del VIH y, en muchos países, provocaron fuertes caídas en los diagnósticos y las referencias para el tratamiento del VIH.
muertes relacionadas con el sida
Desde su punto máximo en 2004, las muertes relacionadas con el sida se han reducido en más del 47 %.
En 2020, alrededor de 680.000 [480.000 – 1 millón] personas murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA en todo el mundo, frente a 1,9 millones [1,3 millones – 2,7 millones] de 2004 y los 1,3 millones [910.000 – 1,9 millones] de 2010.
La mortalidad por sida ha disminuido un 53 % entre mujeres y niñas y un 41 % entre hombres y niños desde 2010.
El riesgo de contraer el VIH es:
- Treinta y cinco veces mayor entre las personas que se inyectan drogas.
- Treinta y cuatro veces mayor para las mujeres transgénero.
- Veintiséis veces mayor para las trabajadoras sexuales.
- Veinticinco veces mayor entre hombres que tienen sexo con hombres