Atracón y vigorexia, trastornos de conducta alimentaria en varones

Los atracones y la vigorexia son los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TA) que más afectan a los varones adolescentes, en los que ha aumentado la incidencia a pesar de ser conductas normalmente asociadas a mujeres jóvenes.

A pesar de que Desorden alimenticio siempre se han asociado con mayor frecuencia a las mujeres, en el Día internacional de la lucha contra los trastornos alimentarios Se destaca que este tipo de trastorno también afecta a varones adolescentes.

los Los trastornos alimentarios se caracterizan por una alteración de los hábitos alimentarios y de la ingesta derivada de diferentes factores físicos y psicosociales. Las personas con alguno de estos trastornos muestran una preocupación patológica por la comida y el peso.

Específicamente, 70% de los adolescentes no se sienten cómodos con su cuerpo como lo indica el Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)).

Entre los trastornos alimentarios más comunes se encuentra anorexia nerviosala bulimia nerviosala Trastorno por atracón Y otros trastornos de alimentos no especificados.

Entre los trastornos alimentarios que más afectan a los hombres jóvenes destacan los atracones y la vigorexia, explicó a EFEsalud el Dr. Ignacio Basurte Villamor, médico psiquiatra y director médico de la Clínica López Ibor.

Los TCA entre las enfermedades crónicas más comunes

Los expertos de la Unidad de Urgencias de la Clínica López Ibor señalan que los trastornos alimentarios se encuentran entre los tres enfermedades cronicas más frecuente en adolescentes.

Y es que, según Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)Los TCA representan la patología psiquiátrica con mayor tasa de mortalidad, siendo hasta ocho veces superior a la de personas sanas de la misma franja de edad y cronificándose hasta en un 25% del caos

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Además, a raíz del confinamiento por la pandemia del coronavirus, las cifras han aumentado un 20% según el Instituto Centta.

Prevalencia de DE

Las cifras indican que el incremento fue especialmente notable en niñas y adolescentes mujeres entre 10 y 19 años, lo que advierte de la precocidad de la aparición del problema.

Sin embargo, “aunque debido a las construcciones sociales y al papel de la mujer, los trastornos alimentarios se dan más en las chicas adolescentes que en los chicos, no debemos ignorar la alerta en los hombres, ya que la incidencia va en aumento”, apunta. Estrella González, psicóloga de la Clínica López Ibor.

Señala que en los hombres, “las señales de alarma más habituales son las dietas proteicas, el exceso de ejercicio físico o la preocupación por la musculación”.

Para la doctora Basurte, la vigorexia afecta a un “perfil de personas excesivamente preocupadas por la imagen y el cuidado personal”.

“Por mucho que se miren, se perciben con una distorsión de su imagen corporal”, dice.

EFE/Koen Van Weel

señales de advertencia

“Este tipo de trastorno no aparece por una única causa específica, los TCA son un grupo de psicopatologías multicausales y complejas y en su etiología intervienen varios factores, como factores biológicos, genéticos o ambientales combinados con un evento desencadenante. Por tanto, hay que abordarlos desde un enfoque multidisciplinar”, aclaran los expertos del centro López Ibor.

Para tener en cuenta la señales de advertencia en este tipo de trastorno, los expertos señalan:

  • saltarse las comidas.
  • Prohibirse comer ciertos alimentos.
  • esconder comida.
  • Cocinar grandes cantidades de comida para los demás pero comer poco o nada para uno mismo.
  • Sentirse incómodo o negarse a comer en lugares públicos.
  • Quejarse de tener sobrepeso a pesar de tener un peso normal.
  • PAGSAcosarse repetidamente o mirarse continuamente en el espejo.
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El psiquiatra Ignacio Basurte explica la dificultad que muchas veces cuesta identificar este problema.

En el caso de las personas que no se sienten cómodas con su imagen corporal y peso, y que empiezan a desarrollar conductas para reducirlo, como dietas o ejercicio continuado, el problema es más fácil de reconocer, ya que una pérdida de peso considerable hace saltar. las alarmas

Sin embargo, cuando la persona tiene un “peso normal”, es decir, que está dentro de lo establecido como normal, este tipo de conductas son más difíciles de detectar.

¿Cómo impactan las redes sociales?

los redes sociales se convierten en un escenario especialmente peligroso para las personas más vulnerables, como los adolescentes que pasan más tiempo con ellos.

“Hoy todos los adolescentes tienen redes sociales porque, entre otras cosas, les ayudan a sentirse parte de un grupo y conectar con sentimientos de pertenencia a esta edad es fundamental. La necesidad de reconocimiento y aceptación de esta etapa del ciclo vital se ve comprometida con estas nuevas formas de comunicación, que se basan en un modelo de perfección y superficialidad que no es saludable para el desarrollo de los jóvenes”, asegura. Adriana Esteban, psicóloga especialista en trastornos alimentarios del Instituto Centta.

El consumo excesivo de redes sociales puede aumentar el riesgo de sufrir un trastorno alimentario, ya que los estilos de vida y los cánones de belleza que se difunden fomentan la obsesión por la propia imagen y el desarrollo de complejos.

¿Cómo podemos actuar?

Ante el efecto de las redes sociales, la especialista Adriana Esteban explica la necesidad de poner en práctica ciertas habilidades: desarrollar un sentido crítico (tenga en cuenta que esta es una forma de socialización superficial), limpiar cuentas que promuevan hábitos tóxicos, disminuir el tiempo de usoY analizar nuestras emociones.

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Por otro lado, el doctor Basurte apunta a la importancia de la detección precoz para conseguir un mejor pronóstico, por lo que ante la duda insiste en que lo mejor es consultar a un especialista.

También añade que “muchas veces se establecen patrones culturalmente que se normalizan en determinados entornos, ya sean colegios o amistades”.

“Son frases que lo que hacen es generar o romantizar de alguna manera los TCA y no son adecuadas”, continúa.

Sin embargo, la SEEN estima que alrededor de una 70-80% de los pacientes logran superar la enfermedad.

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