El trastorno diario del síndrome del intestino irritable

El desorden diario del síndrome del intestino irritable

“Hay que aclarar -dice el también presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología- que las diarreas circunstanciales, que nos pueden agobiar unos días después de comer algo en mal estado, o, por ejemplo, aguantar estreñimiento en un viaje, no son síntomas de intestino irritable este síndrome tiene que ser cronicoperdurar en el tiempo”.

Esta patología digestiva se localiza en el intestino delgado, un tubo de nueve metros de largo formado por tres partes: duodeno, yeyuno e íleon, plegado en la zona inferior de la cavidad abdominal, de diámetro menor que el colon, donde se encuentran los intestinos. acaban de ser digeridos. alimentos y bebidas tragados.

“El intestino delgado tiene una superficie interna cubierta de vellosidades llenas de células, donde absorben la mayor parte de las moléculas nutritivas destinadas a la sangre; fluido corporal que distribuye esta energía vital, junto con el oxígeno, por todos los tejidos humanos”, explica.

Los desechos pasarán al colon, donde miles de millones de microorganismos, básicamente bacterias, benefactores de nuestra salud y sistema inmunológico trabajan a destajo.

“En este último conducto del tubo digestivo, de mayor calibre pero más corto (aproximadamente un metro y medio), la absorción de los alimentos se completa filtrando la flora intestinal. Los restos, más líquidos o más sólidos, serán expulsados ​​por el orificio anal”, añade.

Los alimentos que ingerimos pasan por un sistema de conductos muy diferentes entre sí. Tan pronto como se traga la comida, el bolo alimenticio, masticado y salivado, pasa al esófago, que transporta la comida a través del tórax hasta el estómago, en la parte superior del vientre. Allí tiene lugar la parte fundamental de la digestión, con la acción del ácido gástrico y la pepsina, sustancias que digieren las proteínas. Esta comida de desecho luego llegará al intestino delgado y terminará su viaje nutricional en el colon.

Diagnóstico y tratamiento del síndrome del intestino irritable

Por lo general, los problemas intestinales suelen estar relacionados con tres síntomas muy comunes en las personas: dolor abdominal, diarrea (heces con un contenido importante de agua, más blandas de lo normal o líquidas) y estreñimiento (heces duras, o deposiciones poco frecuentes o difíciles).

Estos síntomas, diarrea, estreñimiento, o ambos, con dolor, son la causa básica de uno de los problemas estomacales más frecuentes, el SII o síndrome del intestino irritable, un problema digestivo que sufren dos de cada diez personas.

“La intensidad de estos síntomas es muy variable, desde casos leves, los más comunes, que apenas interfieren en la calidad de vida de los pacientes, y la enfermedad se tolera sin mayor problema, hasta casos intensos que se asocian a bajas laborales. ya no poder disfrutar del tiempo libre”, destaca el Dr. de Madaria.

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Doctor, ¿por qué hasta un 20% de las personas padece este síndrome intestinal?

“No se sabe con certeza -responde-, pero lo que sí parece claro es que no existe una única causa que explique toda la gama de casos que se encuentran en el síndrome del intestino irritable”, afirma.

“Algunas personas desarrollan el síndrome después de una gastroenteritis aguda bacteriana o viral, sufriendo diarrea intensa a causa de la infección; después, cuando se curan, se quedan con molestias intestinales de por vida”, dice.

“En otros casos, el intestino es más sensible al dolor; por ejemplo, con la presencia de cierta cantidad de gas en el intestino que en cualquier otra persona no produciría ningún síntoma. Esto se llama hipersensibilidad visceral; dolor de tripa, vamos”, dice.

“Además, hay estudios que muestran cambios inflamatorios microscópicamente pequeños en el intestino de algunas personas con el síndrome. En otros pacientes se han detectado espasmos en sus intestinos que les producen las correspondientes molestias”, añade el gastroenterólogo.

Síndrome del intestino irritable con el Dr. Enrique de Madaria Pascual, gastroenterólogo.

“La relación entre lo que comemos y las molestias digestivas es fuera de lo común; pero, de nuevo, ni podemos prevenir todos los síntomas controlando lo que comemos, ni todos los síntomas se explican por la composición de los alimentos”.

“Además, muchos pacientes empeoran con la ingesta de alimentos que producen gases, como los ricos en fibra, leche, legumbres, etc.; aún así, eliminar alimentos de la dieta sin el consejo de un médico y un nutricionista no es nada recomendable”.

“Así mismo, una teoría plantea que un grupo de pacientes desarrollan una serie de síntomas al no poder absorber ciertos carbohidratos incluidos en el alimento, los FODMAPs (azúcares, almidones y fibras) cuando llegan a la fase digestiva intestinal”.

“En cualquier caso, las dietas muy restrictivas rara vez mejoran al 100% a los pacientes con síndrome del intestino irritable, y en ocasiones son peligrosas”.

Dr. Enrique de Madaria Pascual

Con este mismo objetivo, destripar el origen del síndrome, la relación entre el microbiotagérmenes microscópicos que viven en el intestino, y esta enfermedad crónica.

“Hemos encontrado que algunos pacientes tienen sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, un área del tracto digestivo que normalmente debería tener una carga bacteriana muy baja”, dice.

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“Finalmente, muchas veces tanto el dolor como los cambios en las deposiciones empeoran con el estrés… ¡Quién no conoce a estudiantes y opositores que sufren molestias y diarreas en época de exámenes!” él dice.

Doctor, ¿cómo se diagnostica el síndrome del intestino irritable?

El diagnóstico se basa, sobre todo, en observar los síntomas típicos de esta enfermedad, la presencia de dolor abdominal asociado a cambios en la frecuencia y/o forma, apariencia y consistencia de las deposiciones.

“No existe una prueba médica que diagnostique con certeza el SII, al contrario; lo que hacemos es descartar otras enfermedades con síntomas similares: por ejemplo, alergia al gluten, intolerancia a la lactosa oa la fructosa, infecciones, enfermedades como la de Crohn y la colitis ulcerosa, o problemas de tiroides”, detalla.

“Pero el primer paso es realizar un análisis de sangre y descartar infecciones en las heces, junto con una prueba de calprotectina fecal, un marcador de una sustancia que sube en las heces si hay inflamación en el intestino, lo cual es normal en el síndrome. . “, factura.

“Con las pruebas de aliento analizamos los gases que expulsa el paciente al soplar en un tubo después de tomar diferentes sustancias. Son útiles para comprobar si hay intolerancia a la lactosa, intolerancia a la fructosa o sobrecrecimiento bacteriano”, detalla.

En ese sentido diagnóstico, cabe señalar y recalcar que no todas las personas con colon irritable necesitan un estudio endoscópico, esto siempre lo decidirá el médico luego de evaluar cada caso en función de los síntomas y signos”, aclara.

Por supuesto, algunos síntomas aconsejan inequívocamente una endoscopia.

“Descartar enfermedades importantes, como la presencia de sangre en las heces, diarrea nocturna, dolor abdominal progresivo o pérdida de peso inmotivada”, ejemplifica.

Síndrome del intestino irritable: población que podría verse afectada.

Y una vez diagnosticado el síndrome intestinal, ¿cuál es su tratamiento?

“El tratamiento del SII a veces no es fácil. Hay personas que mejoran mucho con el tratamiento, y otras que no y pueden sentirse defraudadas. No tenemos ninguna fórmula mágica, y en la mayoría de los pacientes probamos diferentes estrategias, viendo cuál funciona mejor”, relata.

El ejercicio físico suele ser positivo para todos los pacientes.

En cuanto a las dietas alimentarias, quienes más se benefician son quienes padecen intolerancia a la lactosa, fructosa o alergia al gluten.

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“Estos trastornos son distintos al síndrome del intestino irritable, pero aun así, algunos pacientes con SII sin intolerancias de este tipo mejoran con dietas sin leche, y otros con dietas libres de hidratos de carbono, los medios FODMAP”, apunta.

A una minoría también le puede ir mejor sin consumir gluten a pesar de no tener la enfermedad celíaca.

“Este es un debate controvertido entre los especialistas, ya que a veces es más por el efecto placebo, creyendo el paciente que su salud mejorará con una dieta sin gluten, que por el verdadero resultado de eliminar esta importante proteína de nuestra dieta. “, el Advierte.

“No debemos perder de vista que la fibra y otros alimentos que producen gases suelen empeorar las molestias del SII, particularmente en quienes padecen diarrea; pero hay que tener en cuenta que las fibras son útiles contra el estreñimiento”, subraya.

Doctor de Madaria, ¿disponemos de medicamentos efectivos contra el síndrome del intestino irritable?

“Conviene reservar medicamentos para tratar síntomas intensos, ya que su eficacia es en ocasiones escasa. Hay pacientes que mejoran con medicamentos que alivian los espasmos intestinales y otros con medicamentos que favorecen el tránsito intestinal”, testimonia.

“Las molestias -continúa- se pueden aliviar con fármacos antidepresivos, en determinados casos, modulando la sensibilidad intestinal y la hipersensibilidad al dolor. Los antidiarreicos y los laxantes son útiles para tratar la diarrea y el estreñimiento”, señala.

“Además, los antibióticos pueden ser efectivos en algunos pacientes, sobre todo si hay sobrecrecimiento bacteriano intestinal”, completa el especialista en aparato digestivo.

Entrevista EFEsalud_ síndrome del intestino irritable-efe

Para concluir, doctor, ¿cuándo debe consultar al médico una persona que sufre de dolor intestinal?

“Siempre que mujeres y hombres sufran de dolor abdominal persistente, deben pedir cita con su médico de cabecera para descartar algún tipo de trastorno intestinal no diagnosticado, más aún si sus heces tienen un aspecto extraño”, dice.

“Nadie tiene que soportar la diarrea crónica y el estreñimiento sin la ayuda de medicamentos. Mejorar nuestra capacidad intestinal y evacuatoria nunca está de más, al contrario, nos permite una calidad de vida superior”, concluye el Dr. Enrique de Madaria Pascual.

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