En febrero de 2020, un grupo de músicos de diferentes nacionalidades con base en China publicó un video de una versión de la canción de Michael Jackson, “No estás solo”, para expresar su apoyo a las familias afectadas por el brote del covid-19 y para las personas que trabajaron en el frente.
Este grupo de músicos, de la empresa Shenzhen Meifeiya Culture Communication Co. Ltd. (Shenzhen, China), publicó el tema a través del perfil del diario ShenzhenDaily en WeChat, red social que cuenta con 1.200 millones de usuarios activos al mes.
En su versión de la canción de Michael Jackson, hablaban del aislamiento y las grandes dificultades que se habían presentado, al mismo tiempo que apoyaban a la gente de su país anfitrión y transmitían un mensaje positivo y esperanzador.
Una iniciativa, con resultados similares, a la emprendida en España por Cadena CIEN y el “Resistiré” del Dúo Dinámico, cuyos beneficios fueron donados a Cáritas. Tanto el vídeo de China como el de España se viralizaron y consiguieron mitigar el dolor colectivo.
Las claves del poder de la música, en ambos casos, y en ese momento, nos dice Lydia Giménez Llort, profesora del Departamento de Psiquiatría Legal e investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Para el profesor, el duelo colectivo es expresión de madurez, cohesión y respeto de una sociedad.
En el estudio realizado por su departamento sobre el video chino, buscó identificar las características de la composición que le permitieron empatizar tan bien con las experiencias de duelo personal y colectivo, sentir la comprensión de los demás y valorar las herramientas de resiliencia individual y Social.
En definitiva, comprender cómo los elementos puestos en juego al invertir un video musical habían servido para mitigar una experiencia traumática compartida, cómo, en definitiva, el poder de la música se hizo efectivo frente al dolor colectivo.
“La psicología positiva, la música y el song-writing (componer canciones) -explica- son estrategias no farmacológicas que pueden ser de gran valor para regular emociones y pensamientos, especialmente en momentos de tristeza y dificultades”.
Se hizo una versión de una balada, un tipo de canción romántica que hace preguntas en un verso y da respuestas en el siguiente.
Y de todos ellos, se eligió ‘No estás solo’, que describe la incomprensión de una persona que ha perdido a su amada y, con el paso de los días, siente el peso insoportable de la soledad, a pesar de estar rodeada por la multitud.
Por lo tanto, existe un gran paralelismo con la situación de Wuhan, que enfrentó sola los embates del brote de la epidemia, mientras que el resto del mundo cerró fronteras y no hizo mucho desde la distancia.
Pero su principal valor, apunta Lydia Giménez Llort, es que la versión de la canción para China redimensionar ese dolor emocional a nivel social y el Se acompaña de respuestas que apuntan a varios elementos de fortaleza y resiliencia social.
“Y esto se hace desde la voz de las personas que son extranjeras pero se sienten hijas adoptivas, incluyendo la participación de los niños chinos como elemento de pureza y de futuro”.
Así, la persona que escucha “siente la comprensión de los demás y se da cuenta no sólo de que tienen un apoyo externo, sino también de que tienen una gran fuerza interna y colectiva, que no están solos”.
Del mismo modo, el vídeo juega cambiando la cinemática (tipos de planos, duración, etc.) y la comunicación no verbal para dar fuerza cuando describe empáticamente la situación y cuando transmite el mensaje de apoyo.
El dolor colectivo: el duelo
En relación al discurso, la investigadora ha podido identificar elementos de algunos de los procesos de duelo típicoscomo las cinco etapas descritas por Kübler-Ross (negación, ira, negociación, tristeza y aceptación).
También el proceso dual de Stroebe y Schut: moverse entre pensamientos centrados en la pérdida y la recuperación) o el modelo bioecológico de desarrollo humano de Bronfenbrenner (al redimensionar la experiencia individual a la social).
Asimismo, se identifica el modelo tender-to-befriend, que describe cómo las figuras femeninas de la estructura social afrontan problemas o momentos de estrés estableciendo alianzas y dándose apoyo a corto y largo plazo.
Finalmente, el trabajo también analiza el papel de otros eventos musicales alrededor del mundo o de canciones memorables que se han revertido durante la pandemia y que han jugado un papel importante para establecer la cohesión social en tiempos de aislamiento y dolor.
Esta investigación destaca el papel de la música y otras artes, que a través de nuestro cerebro emocional y social nos puede ayudar individual y colectivamente a afrontar situaciones repentinas y dramáticasmitigar el distanciamiento físico y aliviar el sufrimiento humano, a través de las barreras culturales.
La obra es parte de un Problema especial de la revista Ciencias del Comportamiento dedicado a ‘Nuevas perspectivas psicológicas sobre la muerte y el morir: entre la normalidad y la emergencia del COVID-19″ editado por la Prof. Dra. Inés Testoni, reconocida internacionalmente por sus Estudios sobre la Muerte y el final de la vida’ por la Universidad de Padua y la Universidad Israelí de Haifa.
El poder de la música ante el dolor: “Resistiré…”
En el caso de España, Lydia Giménez Llort explica a EFEsalud, la canción “Resistiré”, del Dúo Dinámicotiene como elemento destacado que es una canción que “pertenece” a la generación que ahora tiene más de 60 años, y que se ha visto muy afectada por la pandemia.
Este tema musical forma parte de la historia biográfica de estas personas, y este binomio es muy poderoso a la hora de activar la parte emocional.
Pero es que además y en el caso de “Resistiré”, la letra “era perfecta para el momento que se estaba viviendo, y por eso conectó tan bien con otras generaciones más jóvenes, sintiendo que todos se enfrentaban a un riesgo colectivo. “
Otro ejemplo de canción que se hizo viral en España durante la pandemia fue “Los ángeles visten de blanco” de Pau Donés. En esta ocasión “el tema tenía el valor intrínseco de una persona que abre su corazón”.
El compositor salió al balcón de su casa para cantar los primeros versos de esta canción en agradecimiento por la labor de todos los trabajadores de la salud.
La paradoja de la música y su poder, concluye el profesor, es que tiene un valor universal, pero a la vez es muy específica, muy circunstancial y muy personal, y puede haber temas que alivian el dolor o agradan a algunas personas y provocan. sentimientos muy contrarios en los demás.