Cuando el anillo muscular del esfínter inferior del esófago no sella bien la entrada a la bolsa estomacal, el contenido digestivo, compuesto por nutrientes, pepsina y ácidos, puede salirse, incluso regurgitar por la garganta, causando molestias, acidez estomacal, ardor y dolencias estomacales. reflujo gastroesofágico
Las razones del reflujo digestivo, causa de acidez estomacal, ardor y regurgitación.
“Si el líquido llega a las vías respiratorias, generará tos, puede inflamar la garganta o desencadenar ataques de asma. Si este reflujo esofágico fuera sobresaliente, provocaría una neumonía”, dice el Dr. Enrique de Madaria PascualGastroenterólogo del Hospital General Universitario de Alicante “Doctor Balmis”.
La acidez estomacal o acidez estomacal es uno de los síntomas que indica un mal funcionamiento del sistema digestivo.
El vaivén ácido y nocivo del reflujo digestivo
El esófago es una especie de canalón formado por tejido conjuntivo de células escamosas recubierto de potentes músculos facilitadores por los que la saliva, así como los alimentos sólidos y líquidos que tragamos, descienden hasta el estómago, con la ayuda de mucosas.
Este tubo comienza al nivel del cuello, desciende a través del tórax y termina en la parte superior del abdomen, donde se abre el esfínter esofágico inferior, que lo conecta con la bolsa del estómago.
“Las paredes del estómago pueden distenderse significativamente: en la mayoría de los casos, puede contener un litro de comida y bebida, pero si fuera necesario forzar su capacidad, podría contener un volumen de hasta cuatro litros”.
Explica el también presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología
“En el estómago hay mucha actividad, a diferencia del esófago. Se secreta un líquido que contiene enzimas -pepsina- y ácido clorhídrico (producido por las glándulas gástricas ubicadas en su pared interna); y comienza la verdadera fase de la digestión”, destaca.
La pepsina, una proteína especializada en digerir con precisión las proteínas de la dieta, es activada por el ácido; y así, alimentos como la carne o la leche se descomponen en pequeños fragmentos, hasta descomponerse en sus partes o moléculas más esenciales.
Además, esta combinación de ácido y pepsina consigue eliminar los microorganismos que siempre podemos encontrar en todo lo que entra en el estómago, incluidas las bacterias, como la Helicobacter pylori.

¿Cómo es posible que el ácido clorhídrico y la pepsina no dañen el tejido interno del propio estómago?
El estómago está formado en su interior por una gruesa capa de mucosa, que recubre, a su vez, otras capas: submucosa, muscular, subserosa y serosa o capa externa. La capa mucosa está formada por múltiples membranas plegadas o invaginaciones que se extienden hasta las glándulas gástricas.
Es la capa mucosa la que evita la autodestrucción celular. La alteración o deterioro de la mucosidad protectora puede provocar daños, por ejemplo, en una úlcera de estómago (causando ardor, también en el duodeno).
“Por otro lado, la mucosa del esófago es sensible a estos jugos gástricos. De ahí la importancia del esfínter inferior del esófago, que lo protege del contenido del estómago”, destaca el Dr. Enrique de Madaria.

El esfínter, un músculo circular muy útil y potente, impide que el contenido gástrico suba cuando se activa la digestión en el estómago, pero se relaja durante cinco o diez segundos cuando se completa la deglución y tragamos comida o bebida.
“Desafortunadamente, en muchas personas el esfínter esofágico inferior, que siempre debe estar contraído, se relaja indebidamente, en mayor o menor medida, permitiendo que el contenido del estómago pase al esófago. Esto se llama reflujo gastroesofágico”.
Dr. Enrique de Madaria Pascual
Cuando este ácido y la pepsina dañan la mucosa esofágica, se produce un ardor en el pecho: “Es una sensación muy molesta, como si algo nos quemara por dentro”, describe.
“Si la relajación del esfínter fuera importante, no es de extrañar que una gran cantidad de contenido gástrico logre llegar a la garganta, un síntoma particularmente desagradable llamado regurgitación (vomitar)”, agrega.
“Al dormir o acostarse, más aún si la cena ha sido copiosa, produce tos si llega a las vías respiratorias. En algunas personas, la regurgitación incluso provoca inflamación de la garganta o desencadena ataques de asma. Además, provoca neumonía (infección en los pulmones)”, completa.

¿Es normal la acidez o la acidez estomacal… o no tanto?
Gran parte de la población mundial soporta acidez estomacal o acidez estomacal cuando es muy ocasional, pero aquellas personas que la padecen con la suficiente frecuencia o intensidad como para deteriorar su calidad de vida dicen padecer enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
“Existen una serie de factores que predisponen al reflujo: el sobrepeso y la obesidad, el embarazo, determinados fármacos (nitratos para la angina de pecho, determinados antidepresivos) y la presencia de hernia de hiato”, relata.
Asimismo, ciertos alimentos relajan este esfínter esofágico, facilitando el reflujo, como es el caso de grasas, chocolate, menta, cafeína, alcohol y tabaco para fumar.

“La acidez estomacal esporádica se puede tratar con un antiácido, que neutraliza el jugo gástrico del estómago. Si es frecuente se administra omeprazol o fármacos similares (inhibidores de la bomba de protones) que evitan que se forme ácido en el estómago, muy efectivos para tratar la acidez estomacal”, aconseja.
“Los pacientes que toman este medicamento pueden consumir cualquier cosa, incluidos los alimentos que predisponen al reflujo. Quienes estén atormentados por la regurgitación, tengan problemas con la medicación o sea ineficaz en su caso, les ofrecemos una cirugía que fortalece el esfínter esofágico inferior”.
Dr. Enrique de Madaria Pascual

¿Por qué la hernia hiatal causa reflujo gastroesofágico?
El tórax está separado del abdomen por el diafragma, un músculo ancho, plano y delgado, a modo de bóveda, cuya principal misión es ayudar a la respiración. El diafragma, entre otras aberturas, es atravesado por el tubo esofágico, que se une al estómago tan pronto como ingresa a la parte superior del abdomen.
Cuando parte del estómago entra en el tórax, pasando por ese orificio del diafragma, desplazando y desequilibrando el esfínter hacia la parte superior del abdomen, hablamos de hernia de hiato.
“Las hernias de hiato pequeñas son frecuentemente diagnosticadas y, en general, su importancia radica en que predisponen a más posibilidades de generar reflujo gastroesofágico; aun así, podemos tener este tipo de hernia y no sufrir ningún síntoma”.
Dr. Enrique de Madaria Pascual
“Si la hernia de hiato es importante, puede causar molestias graves y, en raras ocasiones, obstruir el estómago al torcer la zona herniada en el tórax, generando una especie de bola y provocando un dolor intenso”, ilustra el Dr. de Madaria.
Las hernias hiatales menores no requieren tratamiento a menos que causen reflujo. Las hernias muy grandes, o las asociadas a molestias o algún tipo de reflujo que no responde bien a la medicación, pueden ser operadas.
Consejos para reducir la acidez estomacal o acidez estomacal por reflujo
“Adelgazar si es así con una dieta sana y equilibrada, como la mediterránea, y levantar la cabecera de nuestra cama para descansar o dormir elevando la zona superior del esófago, ya que esta inclinación reduce la presión del estómago sobre el esfínter. “, él recomienda. .
“Consumir cantidades reducidas de comida y bebida en general, especialmente en la cena, sobre todo si contienen relajantes de esfínteres (alcohol, café, chocolate, menta, grasas, etc.)”, añade.
“En cuanto a los tratamientos farmacológicos contra el reflujo, como el omeprazol, es importante decir que las personas que padecen este problema no tienen miedo de tomarlos siempre que su médico lo considere así”, apunta.
“Los chismes en las redes sociales sobre los efectos secundarios no son relevantes. Los medicamentos son monitoreados por el especialista, y el omeprazol, por ejemplo, es muy seguro y se administra de forma crónica”, concluye el Dr. Enrique de Madaria Pascual.