Descubrir la infertilidad, un duelo emocional

Descubrir la infertilidad supone para muchas parejas atravesar un duelo emocional, en el que tienen cabida sentimientos como la tristeza, la soledad, la frustración, la culpa e incluso la envidia. En España, cerca de un millón de parejas se ven afectadas por problemas de fertilidad y las mujeres tienen su primer hijo más tarde que en cualquier otro país europeo, a excepción de Italia.

Así, la edad media de maternidad en nuestro país es de 31 años (31,2), casi dos años más tarde que la media europea. Pero además, cerca del 40% son madres por primera vez mayores de 35 años y el grupo de edad que más ha crecido es el de mayores de 40 años, según el Instituto Nacional de Estadística.

Por todo ello y con motivo del Día Mundial de la Fertilidad “es importante recordar que, a partir de los 35 años, la fertilidad de la mujer desciende de forma muy significativa”, afirma Antonio Urries, presidente de la Asociación Española de Biología de la Reproducción Humana (ASEBIR)

Por ello, cada 4 de junio, el Organización Mundial de la Salud llama la atención sobre las causas de la infertilidad, que puede afectar tanto a hombres como a mujeres por motivos muy diferentes pero cuyo mayor factor de riesgo es la edad de la mujer, que limita las posibilidades de conseguir un embarazo tanto de forma natural como con tratamiento de reproducción asistida.

En este sentido, el presidente de ASEBIR recuerda que “desde el punto de vista biológico, la forma ideal de conseguir un embarazo sano y en el momento deseado es hacer coincidir la edad de la maternidad con el momento más fértil para las mujeres, que es entre los 20 y los 30 años”.

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Sin embargo, circunstancias personales, económicas y sociales han provocado un retraso en la edad de procrear y, por tanto, un aumento de los problemas de fertilidad.

Como consecuencia, los tratamientos de reproducción asistida han registrado un incremento del 28% en los últimos cinco años, según el Registro Nacional de Actividad de Centros de Reproducción Asistida en España; el país que cuenta con más clínicas de reproducción asistida de toda Europa, según el Estudio 2020 de la ESHRE (Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología).

Programando la fertilidad: la opción de congelar óvulos sanos

A medida que el organismo envejece, disminuye tanto el número de ovocitos en los ovarios como su capacidad para ser fecundados y dar lugar a un embrión sano.

En este contexto, ASEBIR recomienda que las mujeres consideren su proyecto reproductivo desde temprana edad y que, si deciden retrasar el momento de ser madre por primera vez, puedan considerar preservar la fertilidad para aumentar las posibilidades de éxito reproductivo futuro.

Hace veinte años, menos del 3% de las mujeres en España eran madres de 40 años o más. Este número se ha multiplicado por tres, siendo superior al 10,2%, sin contar los muchos que lo intentan a esta edad y no lo consiguen.

La curva de reserva ovárica empieza a descender a los 25 años y los aproximadamente 250.000 ovocitos que tiene la mujer durante la pubertad se van perdiendo paulatinamente, de forma que a los 37 años ha desaparecido en torno al 90% y solo quedan unos 25.000.

Así, naturalmente, a los 30 años, la mujer tiene aproximadamente un 20% de posibilidades de embarazo; a los 40 años las posibilidades se reducen al 5% y prácticamente desaparecen a los 45 años.

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Sin embargo, el uso de técnicas de reproducción asistida tampoco es infalible y la tasa de éxito por edad tras un tratamiento de fertilidad con ovocitos propios disminuye sustancialmente cuando se realiza en mujeres mayores de 35 años.

“A los 35 años o menos, cuando realizamos una transferencia de embriones, tenemos una tasa de éxito del 42,5%, tasa de éxito que desciende al 20,8% en mujeres mayores de 40 años”, concluye el presidente de ASEBIR.

Reproducción asistida/EFE/Merck

Cuando descubres la infertilidad

La infertilidad también conlleva pasar por un duelo emocional en el que sentimientos como la ira, la envidia, la culpa, la frustración…

Por otra parte, la relación de pareja puede verse afectadaproduciendo momentos de distanciamiento o malestar si no se toleran las diferencias de opinión, la comunicación no es fluida o uno de los miembros de la pareja no recibe suficiente apoyo emocional.

Las relaciones sociales y familiares también pueden verse afectadas debido en parte a la necesidad de
pareja para evitar situaciones dolorosas como estar con familias con niños o embarazadas y la falta de empatía que perciben del entorno.

Así lo señalan los investigadores Sara Rujas Bracamonte Y Mercedes Martínez Marcos en un artículo publicado en el Revista Española de Salud Pública.

En su investigación aluden a diferentes estudios que muestran cómo la infertilidad produce una crisis psicológica que puede afectar a diferentes ámbitos de la vida.

La infertilidad puede dañar la autoestima, y ​​tanto las mujeres como los hombres pueden
sienten hostilidad hacia sus cuerpos, percibiéndolos como “inadecuados” e incapaces de otorgar un hijo o una hija a sus parejas.

Desde el punto de vista emocional, implica pérdidas para cada miembro de la pareja: pérdida de la posibilidad de lograr un embarazo, pérdida de la continuidad genética, pérdida del control sobre sus vidas.

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Estas pérdidas no afectan de la misma manera a hombres y mujeres, debido a que biológicamente los hombres no se embarazan ya la presión social que se ejerce sobre las mujeres.

En el estudio realizado por los citados investigadores se concluye que recibir el diagnóstico provoca un duelo ligado a múltiples pérdidas.

Y son la pérdida del proyecto de vida normalizado por la sociedad y la pérdida de la capacidad reproductiva natural, los más acentuados por las mujeres.

Y uno de los aspectos más difíciles de sobrellevar para las mujeres con infertilidad es la dificultad
vivir permanentemente con los sentimientos de envidia y frustración cuando descubren el embarazo de otras mujeres o cuando están en presencia de los hijos de otras parejas, sentimientos que pueden favorecer procesos de aislamiento).

“Nuestro trabajo también muestra que muchas veces las mujeres también sufren aislamiento del “mundo fértil” (familiares y amigas que están embarazadas o han sido madres recientemente) por falta de empatía, estos resultados van en la línea de lo reflejado en otros estudios” , referirse Sara Rujas Bracamonte, del Departamento de Enfermería de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, Y Mercedes Martínez Marcosde Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro-Segovia de Arana (IDIFISA).

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