El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, llamó este martes a la prudencia con la viruela del simio, dijo que no hay que “salir de control” e insistió en que la prioridad es “saber qué ha pasado”. y detectando todos los mecanismos de transmisión del virus que lo provoca.
El director del Centro de Salud para la Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, en el debate sobre estrategias y respuestas a “Amenazas biológicas en España”, en el Congreso de los Diputados. EFE/JJ Guillén
Simón ha respondido así sobre la viruela símica tras intervenir en la mesa redonda “Amenazas biológicas en España”, organizada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso al ser preguntado por las prioridades de las autoridades sanitarias para hacer frente al brote de viruela símica que ya se extiende a varios países.
España ha activado la alerta sanitaria en todo el territorio nacional para la detección y control de casos de viruela del simio tras haberse confirmado una veintena en varias comunidades autónomas, la mayoría en Madrid, y otros casos sospechosos en proceso de estudio en el Centro Nacional de Microbiología.
La viruela del mono es una enfermedad infecciosa causada por un virus de África Central y Occidental que provoca diferentes síntomas leves, especialmente una erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Es una patología de baja transmisión.
Según Simón, “la prioridad es saber qué está pasando realmente: tenemos que tener información epidemiológica de nuestros casos y de los de otros países, tratar de identificar todos los mecanismos y líneas de transmisión que se han establecido y luego, por supuesto, tratar, manejar y manejar pacientes.
Respecto a las primeras, el responsable de alertas sanitarias ha indicado que, aunque se barajan varias hipótesis sobre su origen y puntos de mayor riesgo de transmisión, ello no implica que sean las únicas. “Hay casos que han sido en Canarias y otros en Madrid, pero eso no quiere decir que no haya otros”, ha apuntado.
Simon: Los afectados por la viruela del simio deben ser aislados
En cuanto a los pacientes, la gestión del riesgo pasa por su aislamiento, “un poco más”, y las precauciones que deben tomar como no compartir ropa ni vasos y platos y otras medidas que ya han sido publicadas en documentos como el Protocolo para la detección de detección y manejo de casos, elaborado por los técnicos de presentación de alertas del Ministerio de Salud y las comunidades.
“Ahora mismo no hay ningún problema que requiera grandes conocimientos o mucho empeño: ahora mismo necesitamos información y que los equipos trabajen e investiguen para saber qué está pasando”, reiteró Simón sobre la viruela del simio.
“Podemos hacer películas de todo lo que queramos, nunca podemos eliminar al cien por cien ninguna hipótesis”, aunque, según el experto, cualquier vía de propagación que no haya sido natural es “improbable”.
Algo que se fundamenta en que en los últimos años solo ha habido dos episodios de casos importados, principalmente en Reino Unido, junto a brotes que “no son grandes pero tampoco excesivamente pequeños” en algunos países de África occidental y central.
“No hay que salirse de control”, invitó Simón antes de insistir en que “ahora hay que informarse, hacer las investigaciones que se están haciendo y que los equipos de Salud Pública puedan hacer su trabajo con tranquilidad lo antes posible”. posible. para saber qué pasó y, a partir de ahí, dar más detalles. Mientras tanto, hay que ser un poco precavidos”, concluyó.
Durante su intervención en la mesa redonda, el epidemiólogo se refirió a la dificultad de identificar los riesgos biológicos: “Detectar que un grano es la primera vesícula de viruela símica es casi imposible hasta para el mejor médico, porque en Europa prácticamente nadie había visto un caso antes”. , puso como ejemplo.
Lo que significa que la respuesta no es “tan fácil ni tan rápida, lo que significa que vamos a actuar más tarde de lo que nos gustaría” y, sobre eso, “no hay mucho que hacer”.

“Afortunadamente”, tenemos mejores sistemas de vigilancia y salud, mayor acceso a ella, una población con altas coberturas de vacunación y una capacidad de investigación “enorme”.
Por citar un ejemplo, en 1918 murieron 50 millones de personas por “la llamada gripe española” con una población mundial de 1.500 millones; en dos años de covid-19 han muerto 6,2 millones entre más de 7.900 millones de habitantes.
“En la próxima pandemia -ha vaticinado- probablemente el impacto será menor, pero espero, por nuestro bien, que la percepción de riesgo de la población sea igual o mayor, porque, si no, nos dormiremos en los laureles”.
“Hemos aprendido y cambiado mucho en 100 años, pero tenemos que seguir mejorando y exigir que nuestra población nos presione para hacerlo cada vez mejor”, concluyó.