La rosácea es una alteración de la piel del rostro que provoca enrojecimiento. No tiene cura, pero existen tratamientos que ayudan a reducir sus síntomas y mejoran el estado de la piel.
Las personas más propensas a padecer rosácea son aquellas de piel muy blanca, pelo rubio y ojos claros. Foto cortesía de la Dra. Carmen Martín
Las personas más propensas a padecer rosácea son aquellas de piel muy blanca, pelo rubio y ojos claros. Su principal característica es un enrojecimiento permanente de la cara que, de vez en cuando, empeora como consecuencia de un brote.
Aparece en la mitad de la cara y suele afectar la nariz, las mejillas, el mentón y el centro de la frente. Este enrojecimiento va acompañado de la dilatación de pequeños vasos sanguíneos llamados capilares. Esto se llama cuperosis y se puede ver como finos filamentos rojizos.
Otro síntoma de la rosácea es la aparición de pápulas y pústulas. “Muchos pacientes con rosácea desarrollan granos rojos (pápulas) o granos de pus (pústulas) en la cara. Estas lesiones pueden ir y venir por temporadas o tenerlas constantemente si no se tratan”, advierten los especialistas de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
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También indican que las personas con rosácea tienen tendencia a sonrojarse o sonrojarse con facilidad, sobre todo tras estímulos como cambios de temperatura, bebidas alcohólicas o situaciones de estrés.
La rosácea también puede causar engrosamiento y contornos irregulares de la superficie de la piel de la nariz, la frente, los pómulos, el mentón, las orejas y los párpados.
Además, esta patología provoca con frecuencia síntomas oculares, por ejemplo, sensación de tener arenilla en los ojos, ardor, picazón, entre otros. En casos aislados puede ocurrir inflamación de la córnea, afectando la visión.
Protección solar, el mejor aliado
Los expertos de la AEDV indican que las personas con rosácea deben protegerse del sol utilizando cremas fotoprotectoras con factor de protección solar alto a diario y con complementos que bloqueen el paso del sol, como gorros y sombrillas. En época de frío, recomiendan abrigarse la cara con una bufanda.
Desde la AEDV aconsejan el uso de cremas faciales hidratantes e hipoalergénicas o específicas para pieles con rosácea y señalan que es recomendable utilizar jabones suaves y seguir ciertas pautas como no frotarse la cara enérgicamente con las manos ni con ningún utensilio.
Los dermatólogos de la AEDV desaconsejan las lociones alcohólicas, que suelen estar presentes en muchos desmaquillantes y productos para el afeitado. Si usas maquillaje, recuerda que los productos que contienen pigmentos verdes pueden ayudar a disimular las rojeces.
Por último, destacan que se debe evitar el uso de cremas con corticoides, salvo que hayan sido prescritas por el dermatólogo. “Los corticoides tópicos, cuando se usan de manera incorrecta, pueden empeorar la rosácea”, advierten.
¿Qué tratamientos existen contra la rosácea?
Además de estas medidas generales para cuidar la piel con rosácea, existen diferentes tratamientos que pueden ayudar a paliar los síntomas de esta patología. Uno de ellos son los tratamientos tópicos, es decir, medicamentos en forma de crema o loción que se aplican directamente sobre la piel.
La rosácea también se puede tratar tomando medicamentos por vía oral. Estos medicamentos pueden ser de varios tipos y entre ellos se encuentran los antibióticos.
Los especialistas de la AEDV aclaran que la rosácea no es una enfermedad infecciosa y los antibióticos se utilizan por su capacidad antiinflamatoria y para reducir el número de bacterias comunes en la piel.
Otro medicamento que los dermatólogos pueden recetar para combatir ciertos tipos de rosácea es la isotretinoína. Se suele utilizar en dosis bajas. En mujeres en edad fértil se requiere control anticonceptivo por sus efectos nocivos sobre el feto.
Asimismo, los tratamientos con láser o luz pulsada pueden combatir los signos de la rosácea en la piel. “El tratamiento de la rosácea se basa en la gravedad de sus signos y síntomas. Es fundamental comenzar con un buen diagnóstico para que sea efectivo”, explica la Dra. Carmen Martín, especialista en medicina estética.
“Aunque existen diferentes métodos para mejorar estas lesiones vasculares -añade- la luz pulsada ha demostrado su eficacia en el tratamiento de estos problemas”.
La especialista detalla que para llevar a cabo este procedimiento primero se limpia la piel, aunque no es necesario desmaquillarse, por lo que la luz atraviesa las distintas capas sin obstáculos hasta llegar a los vasos sanguíneos.
Sin embargo, antes de aplicar la luz, se debe extender un gel aislante para reducir el efecto del calor sobre la piel.
tratamiento con luz pulsada
El tratamiento consiste en aplicar la fuente de luz pulsada intensa directamente sobre las zonas afectadas. Las ondas de luz atraviesan la piel y llegan a los capilares para actuar sobre la hemoglobina, lo que provoca el color rojizo de la piel.
Según explica el Dr. Martín, este tratamiento cierra los vasos sanguíneos excesivos y neutraliza los factores que alimentan el proceso inflamatorio y provocan su evolución crónica. El número de sesiones dependerá del tamaño y la gravedad de las condiciones.
Por su parte, las personas en las que la rosácea provoca problemas oculares pueden utilizar lágrimas artificiales para mejorar la sequedad. Sin embargo, si los síntomas son más severos, es necesario acudir a un oftalmólogo para que valore si es necesario recurrir a tratamientos más específicos.
Por otro lado, algunos hombres con rosácea pueden experimentar un engrosamiento progresivo de la piel que afecta principalmente a la nariz, lo que se conoce como rinofima. Esto es excepcional en las mujeres.
Las personas con este problema, además de seguir el tratamiento habitual para la rosácea, pueden beneficiarse de terapias con láser o incluso de una cirugía para eliminar el engrosamiento de la piel.
En definitiva, la piel con rosácea necesita ciertos cuidados de forma continuada y los tratamientos deben ser los adecuados para cada fase de la enfermedad.
“No podemos hablar de un tratamiento único, temporal y curativo (aunque excepcionalmente en algunos casos puede ocurrir), sino de un tratamiento constante de la piel con rosácea a lo largo de los años hasta que la propia naturaleza haga desaparecer la enfermedad”, subrayan. especialistas de la AEDV.