El latido del corazón es único y exclusivo y un equipo internacional de científicos ha demostrado que puede ser por tanto una medida biométrica prácticamente infalible para identificar a las personas, lo que permitiría verificar su identidad al instante y prescindir de otros sistemas más vulnerables, como las contraseñas.
El trabajo de investigación ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Universidad de Formación del Profesorado Shahid Rajee de Irán.
Se trata de un estudio que avanza en el campo de la biometría -que explora la identificación de seres humanos y animales a partir de medidas biológicas-, cada vez más utilizada en áreas como la seguridad -para sustituir las contraseñas-, o en la administración -para el registro y prestación de Documentos idénticos-.
El investigador Pedro Peris-López, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid y director del Máster Universitario en Ciberseguridad, ha observado que la principal aplicación de esta nueva herramienta sería la autenticación continua de personas, a intervalos regulares o cada vez que acercarse a un objeto o dispositivo.
En declaraciones a EFE, Peris-López precisó que la principal ventaja de este sistema frente a los convencionales -como el uso de contraseñas- es que sería “transparente para el usuario” y no interferiría en sus tareas diarias y al mismo tiempo time proporcionaría un alto nivel de seguridad al verificar constantemente su identidad.
La identificación biométrica basada en registros cardíacos se ha estudiado durante años.
La principal novedad que han aportado los investigadores españoles e iraníes radica en considerar el registro del electrocardiograma como si fuera una onda sonora y analizar las cualidades que habitualmente se utilizan para caracterizar la música (como el ritmo o el tono).
Una herramienta de bajo costo
Entre las ventajas de la nueva herramienta también destaca el bajo coste y la operación no invasiva, ya que actualmente existen numerosos dispositivos (como relojes o pulseras) que realizan electrocardiogramas, por lo que bastaría con instalar una aplicación que haga uso de ese algoritmo para proceder con la identificación.
Uno de los aspectos más críticos del sistema es analizar los datos en función de las diferentes actividades que realiza la persona (caminar, correr, descansar, etc.), además del propio envejecimiento, ya que la señal que emite el corazón cambia ligeramente con tiempo. de tiempo, por lo que el sistema tendría que ser actualizado periódicamente.
Pedro Peris-López dijo a Efe que el avance de los relojes y pulseras inteligentes ha sido muy notable en los últimos años y que la alta penetración de estos dispositivos ha contribuido a la reducción de sus costes.
También se ha observado que la integración de esta nueva herramienta también es muy sencilla, por lo que no tiene por qué ensanchar la “brecha digital” según los recursos económicos de las personas.
También ha subrayado que este nuevo sistema no interfiere con otros dispositivos médicos que pueda llevar una persona (una válvula o un marcapasos), ya que se trata de un proceso pasivo en el que sólo es necesario que dos electrodos estén en contacto con el cuerpo para detectar el señales
Ante los riesgos en el campo de la seguridad y protección de datos personales, ante la posibilidad de que se registren, recolecten y almacenen datos personales, el investigador explicó que es una señal que se adquiere localmente y que se debe almacenar de manera segura.
Y aunque Peris-López reconoce que a veces la tecnología avanza más rápido que la legislación, en este caso, y dado que se van a tratar datos personales, apuesta, junto al resto del equipo de investigadores que ha trabajado en este sistema, por el cumplimiento escrupuloso con la legislación de privacidad.